Capítulo 10

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Kimberly


No había pensado que este día terminaría así, con ella entre mis piernas, sentadas las dos en el árbol mirando el lago y el hermoso atardecer que nos regaló en día. Sonrío porque ella está conmigo y haré que no se arrepienta de esta decisión. La abrazo fuerte para sentir que esto es real y no es un sueño.

Es tan maravilloso estar así con ella. No dejo de pensar en lo sabroso que son sus besos, tiene unos labios suaves y tiernos, sabía que si su voz es tan tierna y suave, sus labios tenían que ser así. Lo mejor y extraño a la vez que este sitio resultara ser nuestro lugar favorito.

Es mi novia.

Es mi chica ahora. Recibo un mensaje de mamá diciéndome que hoy no debo quedar fuera de casa tanto tiempo porque necesita mi ayuda en el bar, resoplo porque no quiero alejarme de Citlalli, sé que es muy pronto pero tengo la necesidad de pasar tiempo con ella.

—Guapa — Susurro en su odio.

— ¡Hmm! — Sonrío y muerdo el lóbulo de su oreja.

—Te llevo a casa — Jalo su lóbulo — Tengo que trabajar.

— ¿No te puedes quedar un momento más? — Pregunta mirándome con esos ojos tan tiernos y hermosos que tiene.

—Desearía, cariño — Beso sus labios.

—Está bien, corazón — Me levanto con una sonrisa de oreja a oreja.

Extiendo mis manos para que ella las tome y levantarla de un jalón, la beso por la fuerza que ejercí para levantarla. Rodea mi cuello con sus brazos y mis brazos van a su cintura, nunca me cansaré de besar a esta chica. En mitad del beso sonrío y nos separamos por haber empezado a reír como locas.

Tomo su mano y la entrelazo con la mía guiándola a mi moto, me monto primero y le paso mi único casco, ella se me queda viendo, le extiendo de nuevo mi casco y lo acepta haciendo una mueca, para mí ahora lo primordial es su protección y su vida, es importante para mí que esté bien.

Se coloca el casco y se toma de mis hombros para montarse en la moto, espero que se acomode bien para arrancar, enciendo la moto y automáticamente sus brazos se enrollan en mi cintura para sostenerse, sonrío por ese gesto, arranco y el abrazo de Citlalli es más fuerte cada vez.

—Hermosa, me sacarás todo el aire — Digo entre risas.

—Lo siento — Dice aflojando su agarre pero sin soltarme por completo.

—No lo sientas, linda — Giro mi cabeza un momento y la veo de reojo — No te pasará nada conmigo aquí — Veo la carretera, siento que ella recarga su cabeza sobre mi espalda.

No hablamos en todo el camino, la dejo frente a su casa, me da un beso en la mejilla pero antes de que se fuera la tome de la muñeca y la acerqué a mí, abrió sus ojos. La miro directamente a los ojos y le saco su celular, anoto mi número telefónico, lo guardo cuando termino de usarlo.

—Me escribes, preciosa — Me da otro beso en la mejilla.

Espero a que cierre la puerta tras sí, antes de cerrar la puerta se voltea y me lanza un beso hago como si lo hubiese agarrado y me lo pongo en mi corazón, le guiño un ojo y me voy. Por todo el camino voy sonriendo como una chica enamorada perdidamente de otra. Acelero cuando veo que ya me falta poco para llegar a casa.

Cuando llego a casa estaciono la moto en el garaje, entro desde la cocina y mamá no está allí, es raro. Coloco las llaves de mi moto en la mesa de la cocina y subo hasta mi cuarto. Escucho la regadera del baño y sé que está duchándose para ir a trabajar. Miro mi celular para ver si tengo mensajes pero no es así.

Mi amor detrás de una barraWhere stories live. Discover now