Capítulo 43

364 27 3
                                    

Citlalli

Me llevó a la ducha con ella quitándome la ropa a medida que nos íbamos acercando más a la regadera, sus besos nunca cesaron, se intensificaban y luego disminuía como si quisiera torturarme, llevándome al cielo y luego bajarme de él. Lo estaba logrando, haciéndome sentir un poco desesperada por querer ser tocada por ella, pero no lo hace, solo nos duchamos.

Es tan patético esto en serio, es una estupidez poder sentir el deseo de querer ser tocada pero tu novia no lo hace. Salimos de la ducha sin decir una sola palabra, ella se queda con su camisa por lo que yo voy a colocarme mi ropa porque hoy nos regresamos a casa, creo que le ha hecho bien estar aquí a Kimberly, necesitaba esto para descansar y superarse nuevamente.

Estoy un poco irritada por la situación pero comprendo bien que ella no quiera tocarme. La primera vez fue suerte o creo que fue para enamorarme de ella, porque lo hizo muy bien, me hizo sentir deseaba y amada, ahora me rechaza. Me agacho para recoger un papel en el piso y al levantarme siento una respiración muy cerca de mi oído, retengo mi propia respiración y sus manos se mueven a través de mi abdomen.

-Me gusta verte desnuda - Dice con voz ronca - Quiero que andes así algún día en nuestra casa - Confiesa con un suspiro.

Mueve sus manos más abajo, tocando mi vientre, jadeo bajo y su boca toca mi piel, me pega más a ella haciendo que mi culo de contra su vientre, cierro mis ojos dejándome llevar por ella. Una ventaja es que sigo desnuda, una desventaja es que ella tiene una camisa que cubre su magnífico cuerpo. Como dije antes, mi cuerpo no es tan deseable, realmente soy poco voluminosa y no sé qué le encuentra de hermoso a mi cuerpo, Kim.

Ella es de estar con chicas flacas, hermosas, bien maquilladas, deseables, no como yo, que le cuesta despertar, todo es un sacrificio, y por ella estoy yendo al gym y arreglándome un poco más. Empieza a moverme lentamente haciendo rozar mi culo contra su vientre, coloco mi cabeza hacia atrás, siento sus manos moverse hacia arriba y tocar mis senos. Los masajea poco a poco, de vez en cuando gimo por sus toques perfectos que me da, suspiro al sentir sus dedos halar mis pezones.

Me lleva hasta la cama y me dice que me acueste boca abajo, hago lo que dice, toca mi espalda para luego besarla con cuidado y con mucho amor. Me estremezo con cada beso que me da, llega a mi culo y me lo muerde, me da una nalgada que me hace brincar y me giro para observarla pero ella no me presta atención, está muy concentrada en mirarme el culo.

Abre mis piernas, se sitúa encima de mí para hablarme al oído que me relaje y disfrute de este momento, asiento obedientemente, me pide que me ponga en posición de perrito, me niego y recibo una nalgada, no le obedezco y ella me coloca así, con un poco de brusquedad pero eso me gustó, me quedé así no queriendo hacerla enojar más de lo que ya está por mi culpa. La pierdo de vista pero siento su lengua pasar por mi ano y me aferro a las sabanas porque me gustó.

-Quédate así, ya vuelvo - Dice y me quedo esperando un momento.

Cuando regresa veo en sus manos un frasco y un pene, abro mis ojos y rápidamente me reincorporo, ella me observa sin moverse. Esto es demasiado raro y extraño, por algo me gustan las mujeres, por su vagina ¿Ahora Kim quiere usar eso en mí? para eso me hubiera quedado con algún chico para evitar eso. Me siento incomoda viendo eso en sus manos, ella se mueve para dejar las cosas sobre la mesa.

-¿Qué sucede? - Me pregunta un poco molesta.

-Eso... - Señalo las cosas que dejó en la mesa.

-¿Qué tiene de malo? - Pregunta ya irritada.

-No te enojes conmigo... - Miro mis manos - Sabes que contigo todo es primera vez, solo... solo...

-Solo no estás acostumbrada a las cosas que te hago hacer - Suspira cansada.

Mi amor detrás de una barraOù les histoires vivent. Découvrez maintenant