Capítulo 3

611 40 7
                                    

Citlalli

Mi despertador suena con un horrible y tedioso ruido. Como puedo me estiro para callarlo pero no lo encuentro en la mesa que se supone que tengo al lado de la cama, pero tampoco eso encuentro. Entre abro mis ojos y la luz quema mis ojos, me quejo y maldigo dentro de mí, tapando mis ojos con las palmas de mis manos para alejar un poco la molestia que me causó la luz.

Me siento en el borde de la cama pero ese movimiento que hice para sentarme, hizo que mi cabeza diera un zumbido fuerte, haciendo como si se comprimiera para luego expandirse, me tomo la cabeza por los lados tocando las cienes ligeramente para controlar el zumbido. Tengo mis ojos cerrados y mi mente está apagada porque no sé cómo reaccionar ante esto.

Después de un tiempo allí sentada hasta que mis cinco sentidos se despertaran algo dentro o más bien en medio de mis piernas me avisó algo, al principió creí que era la zona roja pero luego comprendí que había soñado algo muy comprometedor por lo que me desperté algo excitada.

Me levanto para ir al baño para comprobar que no sea la alarma de la zona roja pero veo que si estoy excitada, niego con la cabeza porque aún no comprendo nada por lo que decidí darme una ducha fría para luego bajar a desayunar y hacer que nada ha pasado. Al salir de la ducha fría mi celular empieza a sonar avisándome de un nuevo mensaje, por raro que parezca mi corazón se detuvo cuando vi que era ella, mi novia.

Renata: Hola, lamento no estar en nuestro aniversario pero mi trabajo me tiene muy ocupada te amo, no lo olvides, bueno te dejo, bye.

La verdad no me sorprendieron sus palabras tan frías, ella es así por lo que no le contesté eso quizás lo haría más tarde, aparte sé que no le importa porque siempre está ocupada en sus cosas de trabajo y no presta atención a qué hora lo envía o le respondo. Me termino de arreglar para salir a la cocina y prepararme algo de comer.

Después de ese rico baño me siento mejor, todavía trato de descifrar el porque me desperté toda excitada, no recuerdo bien el sueño, me gustaría saber que soñé. Salgo a la cocina y sin perder tanto tiempo empiezo a preparar omelette de huevo con jamón y queso, empiezo a tararear una canción y en ese momento mamá baja y me saluda.

- ¿A qué hora llegaste? - Pongo mis ojos en blanco.

Qué bien, el interrogatorio.

- Buenos días ma, ¿Cómo amaneciste? ¿Bien? Qué bueno, yo también gracias por preguntar -Digo omitiendo su pregunta o más bien el interrogatorio que viene después de esa pequeña pregunta.

- No te hagas la graciosa ¿Y dime a qué hora llegaste? - Pregunta pasando a un lado de mí.

- Llegue tarde ¿Okay? No quise despertarlos - Me giro para tomar mi preparación y se la muestro - ¿Desayunamos? - Pregunto esperando que con eso se calmara.

Le sirvo la comida y empezamos a comer en silencio, creo que lo que le dije la tranquilizó o solo fue porque le respondí su pregunta inicial. Algo no estaba bien, ella por lo general hace interrogatorios, esta vez no fue así. Después de un rato en silencio y de acabar mi desayuno, mi hermano baja con cara de sueño que no lo quita nadie.

- Buenos días ¡¡¡Chica Kboom!!! ¿Me preparas algo de desayunar? - Me le quedo viendo un rato para echarme a reír cuando hace esos ojos de perrito, me paro y comienzo a hacer el desayuno - Gracias, hermanita - Me guiña un ojo, solo muevo la cabeza.

Después de servirle la comida a mi hermano y subir a mi cuarto, mi celular empieza a sonar y con solo ver el nombre sé lo que se me avecina. Atiendo la llamada de Alexandrin con los ojos cerrados esperando los gritos que siento que me dará.

- ¿Diga? - Atiendo con una mueca.

- ¡Maldita perra! ¿Dónde te metiste anoche? - Pregunta con enojo - Te estuve buscando pero no te encontré por ningún lado, me preocupé mucho, tanto que tuve que decirle a Kimberly que me ayudara a buscarte - Resopla. De seguro sus gritos se escuchaban abajo, pienso - La pobre también se asustó, ¿Dime por qué no me avisaste que te ibas, eh? - Estaba preparando algo insultante pero al escuchar el nombre de Kimberly me aplacó.

- Espera, espera... ¿Kimberly se preocupó por mí? ¿Te dijo algo más? - Para este momento yo me sentí en una nube andante, así como Goku sobre su nube voladora, así.

- ¿Qué? - Preguntó algo confundida - ¡¡¡Pues claro que sí!!! Le agradaste mucho - Añade después de un rato.

La verdad con solo escuchar su nombre, mi estómago dio un vuelco. Y en ese momento recordé lo que soñé. Abro mis ojos en comprensión del porque me desperté excitada, me puse roja al instante con solo recordar mi sueño. Tapo mi rostro con mi mano libre y empiezo a reír y sonreír sola.

Empiezo a recordar que ella me besaba el cuello, que me encontraba debajo de ella, mi respiración agitada, sentía su rodilla en medio de mi entre pierna. Sus gemidos y jadeos me tenían al borde. De un momento a otro estaba siendo devorada por ella, sus besos suaves y sus toques ricos.

-¿Hey? ¿Sigues ahí? - Escucho a lo lejos que dice - Tierra llamando a Citlalli... - En ese momento vuelvo a mí.

- ¿Qué? ¡Ah, sí! Aquí sigo - Digo distraída - ¿Qué decías? - Todo es tan confuso y raro pero me gusta.

- Umm sí no fuera porque te conozco diría que Kimberly te gusta pero eso no es posible porque tienes novia ¿Verdad? - Comenta solo para recordarme de eso y ella hacerse la idea de que yo no puedo fijarme en alguien más.

- Sí, claro que sí - Eso me decepcionó bastante - Es sólo que ella me agradó mucho y no me gustaría que tuviera una mala impresión de mí, me gustaría disculparme con ella - La verdad es que deseo verla de nuevo.

- ¡Qué coincidencia! - Exclama - Porque hoy haré una reunión en mi casa y ella vendrá, paso por en unas cuantas horas, ponte muy guapa primita - Dice y corta la llamada dejándome a mí pasmada.

Una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro, la volvería a ver.

¡La volvería a ver!



Mi amor detrás de una barraWhere stories live. Discover now