Mi amor detrás de una barra

Capítulo 25

Citlalli

¿Por qué demonios tiene que pasarme esto a mí?

Suspiro y salgo de la cama de mala gana, realmente no me importa que le diga a mi madre porque ya me adelante a eso y no fue muy grato ni me esperaba decírselo así, debía haberlo planeado con Kim pero por haber explotado como la chica kaboom que soy, no aguante y le dije. Comprendo la actitud de mi madre pero, no sé qué pasará más adelante después de lo que dije.

Bajo a abrirle a Renata. Mamá salió no sé a dónde, tampoco quiero saber, porque no serviría de nada ir a hablar con ella, lo hecho, hecho está y no puedo devolver el tiempo para solucionar esto. Al abrir la puerta me encuentro con la mirada penetrante de Renata, enojada, indignada, algo confundida, de todo menos de amor y tranquilidad al verme, no es la misma que me da Kim.

No son la misma persona, Citlalli.

Quizás Renata me amó de una manera distinta que no esperaba o nunca supe, no debo comparar a Kim jamás, me reprendo a mí misma. Entra a la casa y la dirijo a mi cuarto no queriendo que nos encuentre alguien hablando en la sala, no acostumbro recibir a nadie en la casa porque siempre preguntan quién es y otras bobadas no sirve mencionar aquí.

—Pensé que nunca bajarías a verme — Dice Renata una vez que la dejé pasar a la casa.

—¿Qué quieres? — Le pregunté.

—Saber por qué me terminaste — Lo dice en forma de pregunta.

—¿Aún te lo preguntas? — Le digo con sarcasmo.

—No empieces con tus respuestas sarcásticas — Dice irritada.

—No hagas preguntas que lo ameriten — Digo sin ningún remordimiento.

—Seré directa — Dice y se pasea por mi cuarto — Pero antes... nunca había estado en tu cuarto.

—Es que nunca te la pasaste conmigo como una verdadera novia — Digo cruzando mis brazos.

—Mi trabajo requiere viajar — Responde defendiéndose.

—Siempre fue más importante tu trabajo que nuestra relación — Contraataco.

—¡Eso no es verdad! — Exclama indignada — ¡También eres importante para mí!

—¡NUNCA! — Grito — ¿Cuántas veces te acordaste de nuestro aniversario? ¿Cuál fue nuestra última cita? ¿Qué me regalaste en nuestro aniversario? ¿Si quiera me llamaste? ¿Cuál fue el último regalo que recibí de ti que no haya sido día especial sino porque te plació darme no porque me amas? — Disparo todas las preguntas sin darle chance de responder a algunas de ellas — ¿Cuántas veces fuiste la primera en escribir? ¿Cuántas veces dejaste de viajar para pasar tiempo conmigo? ¿¡Al menos dime cual es mi color favorito!? — Me quedo callada esperando su respuesta y no lo sabe — ¿Qué comida favorita? Y esa todos lo saben — Digo siendo sarcástica pero nada ella agacha la cabeza algo resignada y triste por darse cuenta de lo que era nuestra amistad — ¿Tenemos canción de amor? ¿Me has llamado en las noches? — Niego con la cabeza para no continuar con la tortura — A todas a esas preguntas es un no rotundo — Añado al final.

Ella no responde, se queda mirando el piso, sin mirarme, la observo por un segundo y veo en su rostro tristeza y arrepentimiento, siento como mi corazón se ablanda un poco pero mi conciencia dice que no, debo ser fuerte porque tengo a Kimberly en mi vida y me da todo y más de lo que necesito y merezco en esta vida.

—Sé que fue una mala novia... — Dice al rato.

—Muy tarde — Digo cerrando mis ojos.

—¿Tienes otra cierto? — Pregunta pero ella sabe la respuesta.