VIII. ♛

165 20 1
                                    

Laura.

Julio 2014

"4 meses." Toqué el botón de publicar y bloqueé el celular para tirarlo en algún lugar del sillón.

Caminé hacia el espejo al lado de la puerta y como un acto de reflejo toqué mi abdomen ya no tan plano como antes. Me puse de lado y pude ver como un pequeño bulto sobresaltaba al ceñirme la blusa al cuerpo. Sonreí inconscientemente y no pude dejar de pensar en lo hermoso que sería tener a mi propia bola de carne. Inmediatamente me acordé de Ross, había cedido, no le diría nada hasta el día en el que nos encontremos y me vea con un bebé en brazos. Sería algo como 'Hey, ¿recuerdas todas esas veces que te dije que necesitaba hablar contigo? Aquí está el asunto.'

Cerré los ojos por un momento y sobé mi frente con frustración. Estaba a punto de salir para ir a buscar a mis padres al aeropuerto, ya que venían de visita, y la verdad es que no tenía ganas de verlos. Un par de semanas atrás había hablado con mi madre acerca de mi situación.

~Flashback~

Llevaba ya casi una hora al telefono con mi mamá y sentía que era momento de decirle acerca del pequeño o pequeña que llevaba dentro de mi. Tenía tanto miedo, no sabía como iba a reaccionar.

¿Mamá, si sabías que estoy estudiando la universidad, que tengo un trabajo estable y me está yendo de maravilla económicamente y que soy una persona bastante responsable y capaz de hacer demasiadas cosas, verdad?

—Pues, si, cariño. No lo dudo. ¿Por qué la pregunta?— Nervios. Por aquí y por allá.

¿Qué si te digo que estoy embarazada?

¿Estas borracha o qué, niña?

Mamá, es enserio.— Ella suspiró y conociéndola como la conozco, tenía el ceño fruncido y se estaba mordiendo las uñas.

¿De quién es?

—¿Te acuerdas de Ross?

Oh por Dios, no inventes.— Reí levemente, agradeciendo al cielo que no se había enojado. —¿El rubio lindo?

~

Reí con el recuerdo de aquella conversación. Después de eso me pasó a mi padre, él no se lo había tomado tan bien como mi mamá, había soltado unas cuantas palabrotas, de hecho. Son asombrosos, pero no tenía ganas de estar con nadie, quería pasarme el día entero acostada en mi cama mientras veía una novela mexicana y comía hasta saciarme por completo. Suspiré con cansancio y tomé mis cosas para salir del edificio de departamentos.

Estaba a punto de cruzar la calle cuando un auto negro se estaciona en frente de mi. Fruncí el ceño e iba a rodearlo para seguir mi camino cuando bajan el vidrio del copiloto y oh sorpresa, un Ross Lynch me mira desde adentro.

—¿Necesitas que te lleven?— Me miró con aquella sonrisa encantadora tan característica de él. Dios, este hombre sería mi final. No dije nada y entré al auto. —Hola a ti también, linda.— Suspiré y rodé los ojos. —¿Esta todo bien?

No, nada esta bien, genio. Estoy embarazada. ¡Y adivina qué! Es tuyo, guapo.

—Laura.

—Ah, no, no pasa nada, solo estoy un poco enferma.

Como desearía poderle decir.

—¿Entonces por qué sales? ¿A dónde vas?

—Iba a casa de mi hermana, iremos a recoger a mis padres al aeropuerto.

—Oh, genial. Haber si un día de estos paso a saludarlos.— Él sonrió abiertamente al mismo tiempo que volteó a a verme por unos segundos. Demonios, ¿por qué tiene que ser tan guapo?

—Claro, cuando quieras, se quedaran en mi departamento.—  Sólo intento ser amable, al fin y al cabo, antes de todo este lío solía ser mi mejor amigo.

El resto del viaje fue tranquilamente silencioso. No fue para nada cómodo, pero tampoco había sido como el fin del mundo. Fueron 20 minutos, y todo porque casualmente a toda la cuidad de Los Angeles se le había ocurrido salir a esta hora. Digamos que pude haber llegado más rápido a pie.

—Gracias, Ross. Nos vemos.— Iba a abrir la puerta cuando aquél rubio de ojos marrones me toma del brazo para detenerme. —¿Qué?

—Lo lamento. Lamento no haber estado para ti estos últimos meses, ¿si? Sé que las cosas entre nosotros han estado un poco raras últimamente. Puede y no desde lo que sucedió aquella noche pero solo quiero que sepas que por mi no hay ningún problema, ya pasaron varios meses y eso fue algo de una sola vez, un error vaya, algo que en la vida volvería a pasar, ¿cierto?— ¿Algo se cayó o es mi corazón haciéndose trizas? —Solo... quería aclarar eso para por fin poder darle vuelta a la página porque esto ha estado muy presente en mi cabeza.

—Wow. Claro, fue un terrible, terrible error. ¿Sabes, Ross? Esa noche, no estaba tomada como para acostarme contigo por accidente.— Hice una mueca, de esas que haces cuando quieres llorar pero sientes tanta impotencia que te sientes seca. Salí y cerré la puerta con brusquedad detrás de mi. Él me había mirado como si estuviera loca tras decir eso, por Dios.

¿Qué sucede con los hombres hoy en día que se sienten la gran cosa por el simple hecho de tener algo colgando entre sus piernas? 

Caminé con pasos firmes hasta entrar al edificio de Vanessa. No me quebraría enfrente de él. Por lo menos esperaría hasta estar sola. El recepcionista lindo me saludo con un gesto y una bonita sonrisa, yo solo pude devolverle una sonrisa más parecida a... Nada, porque literal esa mueca fue un muy leve movimiento en mis comisuras, lo pude notar por su ceño fruncido. Levanté la mano y seguí caminando con la cabeza gacha. Esquivé a todo mundo hasta que finalmente llegué al elevador. Para mi suerte, estaba vacío, y como la mala persona que soy, comencé a presionar un montón de botones después del de mi hermana para que no subiera nadie mas en todo el camino. Una vez que las puertas se cerraron, me recargué en la pared y comencé a resbalarme hasta tocar el suelo. No lo soporté más. Me dolió, me dolía y estaba un 100% segura de que seguiría doliendo en un futuro. Miré a mi vientre abultado y comencé a acariciarlo mientras las lagrimas seguían bajando por mis mejillas.

¿Por qué?

¿Por qué a mi?

♛Best Mistake♛||Raura||Where stories live. Discover now