♛Best Mistake♛||Raura||

XI. ♛

Laura.

Agosto 2014

"5 meses."  Publiqué en la página del pajarito azul y cerré la aplicación un par de segundos después. Ya estaba a mitad de camino. No tenía las palabras necesarias para explicar lo feliz y bien que me sentía conmigo misma. Durante estas semanas alejada de las críticas y de lo que el mundo tenía que decir, incluyendo a Ross, me he tomado la molestia de darme a la idea de que tendría que criar a mi futuro hijo o hija por mi misma. Por lo menos por ahora.

Me moví tranquilamente por todo mi departamento en busca de algo que hacer. Pasé varias veces por enfrente de un espejo de cuerpo completo, no podía evitar las ganas que me daban de observarme en el cada vez que lo miraba de reojo. Me dejé de tonterías y cuando estuve en la cocina, corrí de vuelta al gran espejo que se encontraba pegado en la pared de la sala. Miré detalladamente cada parte de mi cuerpo. Traía unos leggings negros junto con una camisa de tirantes rosa, esta era tan ajustada como los pantalones, que hacían resaltar aún mucho mas mi no tan notorio vientre. Daba gracias que era delgada por genética, ya que así mi panza no se notaba como un embarazo regular.

Decidí tomarme una foto. Esta sería la primera foto con mi bebé. Solamente tenia pensado enviársela a Raini y a Vanessa y tal vez a mi madre para que se emocione más porque en cosa de nada será abuela. Tomé la foto y al guardarla se me ocurrió hacer una broma en Snapchat. No mencionaría el embarazo ni nada por el estilo aunque a fin de cuentas, un día se terminarán enterando.

"Creo que debo de empezar a hacer ejercicio, no creen?" Escribí sobre la foto y la publiqué en mi historia. Si hacen preguntas, las contesto. Decir la verdad va aparte.

Dejé el celular de lado y empecé a hacer mi rutina diaria de ejercicio. No llevaba ni 10 minutos cuando mi iPhone comenzó a sonar interrumpiendo la música que había puesto desde un inicio. Contesté sin antes revisar quien era. Vaya error.

—¿Bueno?

—Hey Laura, soy yo, Ross.— La sangre se me fue a los pies al escuchar su voz. —Creo que necesitamos hablar.— Me estaba tomando unos segundos reaccionar. Me sentía como si acabara de correr un maratón. Me costaba respirar y mi corazón palpitaba con fuerza. Y eso que ninguno había dicho la gran cosa.

—Yo no tengo nada de que hablar contigo.— Contesté después de una pequeña batalla interna conmigo misma.

—Por favor, Laura, he pensado demasiado las cosas.

—No lo sé.

—Te extraño.— Me perdí. Su voz se quebró en medio de aquella pequeña frase, no podía resistirme. Él era como una debilidad, y odiaba eso con todo el alma.

—Starbucks, a las 4:00. No llegues tarde.— Dije sin más y colgué.

Me senté en el sofá que se encontraba justo detrás de mi. Me sentía quebrada. Lo estaba. ¿Cómo era que con una simple llamada me pusiera así? ¿Como dejé que un hombre llegara a afectarme tanto? ¿En qué momento pasó de ser mi mejor amigo a esto? Esto que odio tanto.

Me levanté torpemente, con un ligero dolor de cabeza. Eran las 2:30 y yo tenía cosas que hacer antes de irme. Aún con aquel sentimiento dentro de mi, subí las escaleras hasta mi habitación para darme un larga ducha.

Entré a mi pieza con una toalla alrededor de mi cuerpo mojado y moví mis rápidos dedos por mi armario, tomando el primer conjunto que mis ojos vieron. Una blusa negra y unos pantalones de mezclilla ajustada, me puse mis Nike negros y apliqué un poco de maquillaje a mi rostro. No quería verme como si me hubiera arreglado demasiado por lo que opté por algo muy natural y dejé que mi cabello se secará por si solo.

Tomé mis cosas para salir finalmente de mi departamento. Tardé 10 minutos en llegar. Me senté en una mesa al lado de la ventana que daba a la calle, así podría ver cuando él llegara. Estaba muy nerviosa. Me preguntaba qué haría, qué pasaría, de qué hablaríamos, si todo estaría bien después de hoy.

¿Acaso sabrá algo?

En eso, mi celular comenzó a sonar ruidosamente. Suspiré y lo saqué del pequeño bolso que traía conmigo. Por primera vez, me fijé quien era antes de contestar.

—¿Qué hay, hermana?— Saludé.

—Hey, Lau, ¿cómo estas?

—Bien — contesté. —¿Pasó algo?

—No nada, es que estoy aburrida y quería saber si mi hermanita quería salir de compras, a fin de cuentas, recuerda que tienes que comprar unos nuevos conjuntitos para alguien.— Dijo juguetonamente haciéndome reír por dentro.

—¿Qué mas quisiera?— añadí con diversión. Ella sabía cuanto amaba salir de compras. —Pero no puedo, ya he quedado con alguien.— Pude escuchar sus gemidos tristes, no pude evitar soltar una leve carcajada. Tan dramática ella.

—¿Una cita?

—Para nada, es Ross.— Sus risas que se habían escuchado antes, cesaron de la nada.

—¿Le vas a decir?— Antes de que si quiera pudiera contestar a su seriedad, ella continuó. —¡Pues ya era hora! ¡Siempre te he dicho que en cuanto antes mejor, aunque ya vas 5 meses atrasada, pero más vale tarde que nunca, chica!

—No le voy a decir a Ross... — Iba a continuar pero una voz me cortó.

—¿No me vas a decir qué?

Mierda.