XV. ♛

89 13 0
                                    

Ross.

Hola, guapo. Dijo ella al mismo tiempo que me apartaba el flequillo rebelde de la frente cubierta por una fina capa de sudor casi imperceptible. 

¿Qué tal, preciosa? Por fin abrí los ojos encontrándome con su rostro a escasos centímetros del mio. Tenía el maquillaje ligeramente corrido debajo de sus ojos y su piel se veía mas pálida que de costumbre pero aun así la seguía considerando la mujer más hermosa que pudiera existir en este planeta. 

¿Cómo dormiste? Preguntó al mismo tiempo que me regalaba una de sus sonrisas tan encantadoras.

Muy bien porque dormiste tú conmigo. Sonreí como un completo idiota enamorado. La abracé por la cintura, atraiéndola más de lo humanamente posible hacia mi girando sobre ella mientras mi querida chica soltaba un par de risitas juguetonas. Música para mis oídos.

Te quiero, Ross.

Y yo te quiero a ti, Laura.  Con una última sonrisa suya, nos fundimos en un lento y delicado beso. 

#

Me levanté abruptamente, palpando el lado vació de mi cama como primer instinto. Eso se había sentido tan malditamente real que por un momento había creído que de verdad estaba sucediendo. No pude evitar sentirme un poco decepcionado cuando la chica que carecía de ropa que entró a mi cuarto tras haber advertido su presencia en el pasillo, no era más que mi novia Courtney. Como si no fuera suficiente. Y para la lastima de todo mundo, la verdad era que no era suficiente. Al parecer no.

—Hola, guapo.— ¿Deja vú o qué?

—Hey, Court.— Contesté sin grandes ánimos y me volví a tirar sobre el colchón aún con la respiración un poco desnivelada. 

—¿Qué pasa?¿Todo bien?— Frunció el ceño ligeramente pero quitó esa cara lo suficientemente rápido para que no fuera a afectar su perfecto cutis de probablemente más de 1000 dolares.

—Nada, solo fue un mal sueño.— Ambos le restamos importancia y ella regresó a la cama para acurrucarse junto a una almohada.

Laura.

—¿Sabes qué? Estoy harta, compraré un auto ahora mismo.— Contradecí mi pensamiento de hace unos segundos al ver la mirada burlona de mi hermana mayor.

—Sabes que tus "ahora mismo" siempre significan dentro de un año.— Tenía razón pero no le iba a dar el gusto para creerlo.

—No, de hecho, iremos ahora mismo.— Vanessa me miró expectante, esperando a que dijera algo más antes de que cambiara el semáforo a verde. —Da la vuelta. Acabamos de pasar una agencia.— No hizo más que seguir mis instrucciones, cambiando de carril una y otra vez. No quería darme el tiempo suficiente para pensar lo que acababa de decir, era su única forma de saber que no cambiaría de opinión.

Minutos después llegamos a un gran establecimiento, parecía recién remodelado con sus paredes, pisos y muebles perfectamente blancos, todo estaba completamente impecable tanto por dentro como por fuera; había una cantidad inmensa de autos de lujo que se encontraban estacionados correctamente con un cartel cada uno y un señor extremadamente feliz hablando por un parlante al lado de una botarga bailarina. Me sentí flipando, era la primera vez que entraba a un lugar así y Vanessa lo notó al instante, soltando una leve carcajada mientras me tomaba del brazo y nos empujaba suavemente hacia adentro.

—Buenos días, señoritas. ¿En qué les puedo ayudar?— Contestó un amable joven -muy guapo- al momento que nos dispusimos a recorrer las inmensas filas de autos aparcados.

—Hola... Nate.— Dijo Vanessa tras ver el nombre escrito en la placa sobre su saco azul marino. —Estamos buscando un auto para ella, no sé que tendrá en mente pero tal vez tu podrías ayudarla.— Me empujó un poco hacia el frente para que el apuesto Nate posará sus intensos ojos sobre mi, regalándome una maravillosa sonrisa de oreja a oreja. Es su trabajo, qué más.

[...]

—¡No puedo creer que ya tenga mi propio auto!— Grité emocionada una vez que estuve dentro de él. Mi acompañante rió desde afuera, observándome a través de la ventanilla del copiloto.

—¡Y también tienes su número, genial!— Dijo lanzándome un trozo de papel al rostro. 

—Calla. Él mismo dijo que era por si pasaba algo.

—Claro, entonces ¿por qué no te dio una de las tarjetas que estaban en su escritorio?— Me miró inquisitiva, no sabia que responder así que opté por zanjar el tema con otro diferente.

—Yo digo que ya es hora de irnos. ¿Me alcanzas en el restaurante?— Ella asintió y se fue camino a su coche.

¿Realmente quería ligar conmigo?  No lo creo, era demasiado guapo como para siquiera querer intentar algo conmigo. Ross también es muy guapo. Tal vez eso explicaría por qué prefirió irse con la modelo Courtney en vez de con el bombonazo que soy yo.  

♛Best Mistake♛||Raura||Where stories live. Discover now