Parte I - Carta 24

1.1K 71 11
                                    

23 de diciembre de 1991

Querida amiga:

Sam y Patrick se fueron ayer con su familia al Gran Cañón. No me siento demasiado mal al respecto porque todavía puedo recordar el beso de Sam. Me da paz y me hace sentir bien. Incluso me planteé no lavarme los labios, como hacen en televisión, pero después pensé que podría ser demasiado asqueroso. Fui a tu casa para pasar el rato y salió tu madre. Es muy agradable según pude notar, y habla muy rápido. Me dijo que te habías ido a visitar a tus abuelos. No me pregunto mi nombre ni nada. Supongo que le has hablado de mi. No había nadie con quien pudiera salir. Así que he pasado todo el día de hoy paseando por el barrio. Incluso saqué mi viejo trineo y mi vieja bufanda. Hay algo acogedor en ello.

Llegué a la colina donde solíamos ir con el trineo. Había un montón de niños pequeños. Contemplé cómo se deslizaban a toda velocidad. Dando saltos y haciendo carreras. Y pensé que todos aquellos
niños pequeños iban a crecer algún día. Y todos aquellos niños pequeños iban a hacer lo que nosotros hacemos. Y todos besarán a alguien algún día. Pero, por ahora, con el trineo tienen suficiente. Creo que sería genial si montar en trineo fuera siempre suficiente, aunque no lo es.

Me alegro mucho de que las Navidades y mi cumpleaños estén al llegar porque eso significa que Sam y Patrick y tu volverán pronto, porque ya empiezo a sentir que me estoy yendo a ese lugar oscuro donde solía ir.

Después de que mi tía Helen nos dejara, fui a ese lugar. Se puso todo tan negro que mi madre tuvo que llevarme a un médico y repetí curso. Pero ahora estoy intentando no pensar en ello demasiado porque lo empeora todo.

Es como cuando te miras en el espejo y dices tu nombre. Y llega un momento en el que nada parece real. Bueno, a veces puedo hacerlo, pero no me hace falta pasar una hora delante de un espejo. Ocurre muy rápido, y las cosas empiezan a desvanecerse. Y abro los ojos y no veo nada. Y entonces se me acelera la respiración intentando ver algo, pero no lo consigo. Esto no ocurre todo el rato, pero cuando pasa, me asusta.

Casi me ha pasado esta mañana, pero pensé en el beso de Sam y la sensación desapareció.

Probablemente no debería escribir demasiado sobre el tema porque lo reaviva todo. Me hace pensar demasiado. Y estoy intentando implicarme. Solo que es duro porque Sam y Patrick están en el Gran Cañón, y tu te fuiste a la casa de tus abuelos sin despedirte.

Mañana voy a ir con mi madre a comprar regalos para todos. Y después celebraremos mi cumpleaños.

Nací el 24 de diciembre. No sé si alguna vez te lo he dicho. Es un día raro para un cumpleaños
porque está demasiado cerca de Navidad. Después de eso, celebraremos la Navidad con la familia de mi padre, y mi hermano volverá a casa una temporada. Entonces iré a hacer el examen de conducir, así que estaré ocupado mientras Sam y Patrick están fuera.

Esta noche estuve viendo la televisión con mi hermana, pero ella no quería ver la programación navideña que estaban poniendo, así que decidí subir al piso de arriba y leer. Bill me dio un libro para leer durante las vacaciones. Es El guardián entre el centeno. Era el libro favorito de Bill cuando tenía mi edad. Dijo que era uno de esos libros que haces tuyos. Leí las primeras veinte páginas. Todavía no sé qué me parece, pero resulta apropiado en estas fechas.

Antes de dormir examiné de nuevo el cuaderno que me regalaste. Y digo examiné porque miré con detalle cada página que decoraste. Me gustó mucho. Te llamaría para decírtelo y agradecerte, pero no sé el teléfono de la casa de tus abuelos. 

 Espero que Sam y Patrick y tu me llamen por mi cumpleaños. Me haría sentir muchísimo mejor.

Con mucho cariño,

Charlie

Las Ventajas de ser Invisible [Charlie y Tu] -Actualizaciones Lentas-Where stories live. Discover now