Parte I - Carta 1

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Apenas abro los ojos, miro a mi alrededor desesperada buscándolo. Es inútil. Él no está aquí. Sólo fue un sueño.

Un maldito sueño.

Me levanto y me pongo la ropa que escogí ayer para hoy. Mi sudadera favorita, unos jeans y unas botas.

Mi cabello sigue humedo de la ducha que tome en la madrugada.

¿Habrán llegado ya?

Cojo las llaves y bajo las escaleras sin hacer ruido. Abro la puerta. El aire frio de la mañana hace que se me ponga la piel de gallina, pero ni loca pienso quitarme mi sudadera. Me la regalo él. Y amo la sensacion de sentir la tela rozando mi piel; no llevo nada adentro mas que mi bracier y no pienso ponerme nada encima tampoco. Comienzo a correr para entrar en calor. Abro el pequeño cerco que cubre esa parte de la casa y ahora me encuentro en frente del buzon. Lo abro y sonrío. Ya llegaron las cartas.

Sam

Patrick

Mamá y Papá

Mi sonrisa se va cuando vuelvo a revisar el buzon y compruebo que no hay mas cartas. Él no me ha enviado nada. Él no me recuerda.

Me vuelvo para entrar a la casa cuando veo una caja en la puerta. ¿En qué momento llegó ahi?. Es decir, ¿cómo no la vi?

Me acerco corriendo y la agarro, pongo las cartas encima y abro la puerta. Denuevo, entro con cuidado de no despertar a nadie e inmediatamente me dirijo a mi habtacion. Hago una mueca al ver que mi cama no está tendida.

Luego de haberla tendido y con la caja entre mis piernas, suelto un suspiro. ¿De quién sera?. Estoy segura de que son para mí porque tiene mi nombre, pero nada mas. ¿Qué puede haber dentro?.

Tomo una respiracion profunda y abro la caja con la navaja que tengo al lado. Miro su interior revelando un fajo -gran fajo- de cartas amarradas con una cuerda. Saco el fajo y desamarro la cuerda con cuidado. Pongo el fajo a mi lado y cojo la primera carta, ésta igual tampoco tiene el nombre de la persona que la escribió ni a que direccion puedo responder. Miro las otras cartas que estan en mi velador y miro la carta que tengo en mis manos. Otra vez el velador y ahora mis manos.  Velador, manos. Velador... manos.

Aggh.

Abro la carta Anonima emocionada.

25 de agosto de 1991

Querida amiga:

Te escribo porque ella dijo que escuchas y comprendes y que no intentaste acostarte con aquella persona en esa fiesta aunque hubieras podido hacerlo. Por favor, no intentes descubrir quién es ella porque entonces podrías descubrir quién soy yo, y la verdad es que no quiero que lo hagas. Asi que no voy a escribir el nombre de nadie aqui. Por la misma razón no he adjuntado una dirección para que me respondas. No pretendo nada malo con esto. En serio.

Solo necesito saber que alguien ahí afuera escucha y comprende y no intenta acostarse con la gente aun pudiendo hacerlo.

Necesito saber que existe alguien así.

Creo que tú lo comprenderías mejor que nadie porque creo que eres más consciente que los demás y aprecias lo que la vida significa. Al menos, eso espero, porque hay gente que acude a ti en busca de ánimos y amistad. Por lo menos, eso he oído.

Bueno, esta es mi vida. Y quiero que sepas que estoy al mismo tiempo contento y triste y que todavía intento descubrir cómo eso es posible. Intento pensar que mi familia es una de las causas de que yo esté así, sobre todo después de que mi mejor amigo -no diré su nombre- dejara de ir al colegio un día la primavera pasada y oyéramos la voz del Director por el altavoz:

Las Ventajas de ser Invisible [Charlie y Tu] -Actualizaciones Lentas-Where stories live. Discover now