Young love || Bradley Simpson.

2. Bradley Simpson

―Vamos niña, ¡Sal de allí de una maldita vez! ―gritó mi idiota compañero de habitación desde el otro lado de la puerta.

―Deja de gritar, son las siete de la mañana, Simpson.

―¡Llevas dentro desde las seis!

―No es cierto. ―contradije mientras cepillaba mi cabello.

―Si no sales en éste momento, entraré. ―amenazó.

―No lo harás.

―Si lo haré.

―He terminado hace veinte minutos, idiota. Nunca intentes darme órdenes. ―hablé seriamente al abrir la puerta. Salí del baño para luego tomar mi móvil y salir de la habitación, bajo la atenta mirada de Simpson.

[...]

Tomé una taza y serví café en ésta. Caminé por la cafetería hasta encontrar una mesa completamente vacía. Saqué mi móvil de mi mochila y me puse a revisar Instagram. Alguien se sentó frente a mí. Quité mi vista del móvil y la enfoqué en él.

―Soy Connor. ―murmuró sin mirarme.

―Skylynn.

―¿Eres nueva?―dijo ésta vez mirándome. Oh, que bonitos ojos.

―Si.

―¿Y no comes? ―preguntó mirando mi solitaria taza de café a medio tomar.

―No me apetece. ―me encogí de hombros.―¿Tú eres nuevo aquí?

―No, estoy aquí desde el primer año. He discutido con un amigo, no soy un antisocial.

―Oh, yo no...

―Tranquila.

―¿Has llegado hace mucho?

―Ayer por la tarde, he tenido problemas desde que llegué. ―reí sin gracia.

―¿Qué ha...?

―Debo compartir la habitación con un chico, y no es lo que se dice agradable.

―Oh... ¿cuál es su nombre? llevo años aquí, quizás lo conozca.

―No lo sé, sólo sé que su apellido es Simpson.

―Cómo no conocerlo. ―rió.―Es Brad, Bradley Simpson, mi amigo con el que discutí.

―Oh, vaya. Bueno, debo ir por mis cosas. Te veo al rato, Connor, un gusto hablar contigo. ―dije rápidamente para luego comenzar a caminar por la cafetería.

―Buenos días, preciosa. Bonita falda. ―habló un idiota que, casualmente, estaba sentado al lado del idiota número uno del internado.

―Es el uniforme, imbécil. ―caminé lejos de ellos.

Subí a mi habitación por los libros de matemáticas y química. La puerta de la habitación se abrió y Bradley entró por ella. Abrí el tercer cajón de mi mesa de noche y saqué los libros que necesitaba de éste.

―¿Has visto mi chaqueta? ―murmuró seco.

―¿Qué? ―giré para poder verlo.

―Que si has visto mi chaqueta del uniforme.

―Oh... si, espera. ―abrí el armario que ambos compartíamos y saqué su chaqueta de un cajón.― Lo siento, estaba ordenando un poco y...

―Está bien, gracias... ―alargó esperando a que completara la frase, mirándome a los ojos.

―Skylynn.

―Gracias, Skylynn. ―tomó la chaqueta de mis manos y sonrió levemente.― Yo... lo siento, he sido un idiota este tiempo.

―Está bien, yo tampoco he sido muy agradable.

―Ya. Por cierto, soy Bradley.

―Lo sé. Debo irme. ―dije tomando los libros, el móvil y saliendo de la habitación rápidamente, ya que tenía ocho minutos para llegar a clase y la mitad del colegio para atravesar.

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All the love, Sabrina