Young love || Bradley Simpson.

21. Jodida loca

―Jodida loca, ¡Conduces como el mismísimo satanás! ―exclamó James entusiasmado cuando bajó de la moto detrás de mí.―¿Dónde has aprendido a conducir así?

―He estado lo suficiente en la calle, debes aprender cosas para vivir.

―Cada día me sorprendes más. ―dijo Brad poniéndose a mi lado y tomando mi cintura.

―¿Aquí es la fiesta? ―pregunté mirando la gran casa que parecía abandonada pero que estaba llena de luces.

―Lo es, aquí hacen las fiestas los de la universidad y siempre nos invitan. Y si, está abandonada.

―Genial. ―sonreí.―Vamos. ―tomé su mano y tiré de él hasta la fiesta.

Entramos y me sorprendí por lo bien que estaba decorada la casa. Para estar en el medio del bosque y abandonada era muy bonita, por dentro claro está. Había gente por donde mirara, vasos y botellas con alcohol en las mesas y algunos platos con comida. Brad me abrazó por detrás y acarició mi abdomen mientras me hablaba al oído.

―¿Qué te parece?

―Es genial. Gracias por traerme. ―contesté volteándome y pasando mis manos por su cuello.

―No es nada. ―sonrió.―¿Qué quieres tomar?

―Lo que tomes tú está bien.

―Okay, espera aquí. ―besó mi frente y se hizo paso entre la gente para buscar las bebidas.

Me fui un poco más al centro de la pista y comencé a bailar sola, echaba de menos esto. Tiempo después de escapar de la casa de Charlize, cuando me relacioné con gente de distintos lugares, esta era mi vida. Corría carreras de motocicletas y vivía de las apuestas. Pasaba los fines de semana fiesta tras fiesta y no me importaba nada. Ahora mismo me siento así de libre, no me importa nada.

―Te dije que te quedaras allí. ―sonrió dándome uno de los vasos.

―Lo siento. ―tomé trago de mi bebida y rápidamente reconocí el sabor del vodka con coca cola. Me quité el saco y se lo tiré en la cara a Tris que se encontraba a mi lado bailando.―Eres buen amigo ¿Verdad?

―Y tú eres una perra. ―rodó los ojos y se alejó con el saco en sus manos.

Brad posó su mano desocupada en mi cintura y me volteó; pasó su mano de mi cintura a mi abdomen y me pegó a él lo más que pudo, bailando al ritmo de Mind. Tomé otro trago y sentí como el ambiente se volvía cada vez más caliente. Brad aferró sus dos manos a mi cuerpo y me acercó más a él, si eso era posible.

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All the love, Sabrina