Young love || Bradley Simpson.

34. Compras

Luego de nuestra pequeña sesión de "besos" y de que él se niegue a algo de mi parte además de besos en los labios, nos bañamos juntos y luego salimos de la casa, rumbo al centro comercial de la ciudad.
- Que sonrisa de tonta.-dice poniendo su mano en mi muslo y acariciando lentamente la zona.
- Cállate.-contesto avergonzada y miro hacia la ventana mientras siento mis mejillas arder- ¿Por qué...? -digo cuando para el auto a un lado de la carretera pero soy interrumpida por sus labios. Quita mi cinturón de seguridad y hace que me ponga sobre su regazo. Reparte besos por mi cuello mientras yo intento quitar su chaqueta.
- No.-susurra y vuelve a mis labios.
- Cállate, Brad.-me quejo quitando su chaqueta.
- Me encantaría hacerlo contigo ahora mismo pero debemos ir hoy, mañana no podremos hacer nada.
- Te odio por hacerme esto.-digo besandolo.
- Yo estoy mucho peor que tú.-dice apretando mi trasero hacia él.
- Oh Dios. Ya basta.-me bajo de encima de él y regreso a mi asiento. Él ríe y enciende el auto. Quince minutos después estaciona el coche y bajamos. Brad toma mi mano y las entrelaza para luego caminar dentro del centro comercial.
Vamos directamente al salón donde brad va cortarae el cabello y yo sólo me retocaré el color gris y para poder comprar extesiones de ese color. Al cabo de una hora y media estamos saliendo McDonald's, luego de almorzar.
Entramos a muchas tiendas pero ningún vestido me gustó. Hasta que, en la tienda número 16, Brad encuentra un precioso vestido blanco sin mangas y que se abrocha en la parre trasera del cuello. Es todo de encaje, blanco.
- Te ves... Perfecta.-alaga Brad cuando salgo del provador con el vestido puesto.
- Lo llevo.-le digo a la muner que nos atiende. Entro en el provador y me lo quito y me coloco mi ropa nuevamente. Salgo con el vestido en la mano y se lo doy a la misma mujer, lo coloca en una bolsa y me lo da.
- Muchas gracias por su compra, señorita.-dice sonriendo.
- Pero... No le he pagado aún.-digo confundida.
- El chico de rizos que estaba con usted lo hizo.-dice.
- Oh... Gracias.-camino fuera de la tienda y veo a Brad hablar con alguien por su celular.
- Debo irme, mamá. Nos vemos mañana.-se despide y guarda su móvil.
- ¿Por qué pagaste el vestido?-pregunto enojada.
- Quería regalártelo.-contesta encogiendose de hombros. Pasa su brazo por mis hombros y caminamos hacia una tienda de zapatos. Me decido rápido con estos. Son completamente blancos y altos. Se los pido al hombre que nos atiende con mi talla y los pago.
- Los de él también.-le digo en un susurro para que Brad no escuche. Le doy el dinero y me da las bolsas.
- Vamos, bebé.-le digo y estiro mi mano para que se levante del sillón.
- Espera, debo...
- No, ya lo be hecho yo.-lo interrumpo.- Quería regalártelos.-lo burlo.
Pasamos por algunas tiendas mas compramos lo que nos falta; accesorios, extensiones y maquillaje para mi, algunas cosas que nos hacen falta para el internado y los regalos para sus padres y su hermana, y los nuestros por supuesto.
Regresamos al coche y dejamos todo en el baúl. Ambos teníamos las manos llenas de bolsas y ya no podiamos más.
Pasamos unas cuantas horas en el centro comercial y para cuando regresamos a la cabaña (con una pizza porque ninguno quería cocinar)  eran casi las nueve de la noche. Cenamos mirando "Love, Rosie" en Netflix y luego nos fuimos a dormir.

Mañana será un laaargo día, Skylynn.

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All the love, Sabrina