4. Detención.

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Salí del salón y me encaminé a la cafetería, ya que era la hora de almorzar. Afortunadamente ésta se encontraba en el piso de abajo. Bajé tranquilamente las escaleras ya que todos estaban en la cafetería, éste día he descubierto que aquí no puedes hacer nada tranquilamente porque todos están apurados todo el tiempo y ya que nadie estaba alrededor aproveché para bajar las escaleras con toda la flojera que he guardado todo el día. Claro, eso fue hasta que un imbécil pasó por mi lado y tiró todos mis libros al piso.

―¡Fíjate, idiota! ―grité al ver que no se paraba para ayudarme. Me agaché y comencé a tomar mis cosas del piso.―Hombres...

―¿Disculpa? ¿Qué has dicho? ―habló seriamente alguien. Miré hacia arriba y oh.

―Disculpe, profesor, no he visto que era usted.

―¿Y le parece correcto ir por ahí insultando a la gente? ―preguntó poniéndose a mi altura y tomando mi libro de matemáticas. No respondí ya que él tenía razón, pero no iba a decírselo. Acercó su mano a mi mentón y lo levantó haciendo que lo mirase a los ojos.―¿Le parece?

―No, profesor. ―respondí incorporándome y comenzando a caminar lejos de él.

―Jones. ―gritó. Giré para ver qué quería mientras él bajaba los escalones que yo ya había bajado y se ponía muy cerca de mi.―Su libro. ―agradecí y volví a girarme.―Quiero verla en detención luego del almuerzo, señorita.

―¿Por qué?

―Por insultar a su profesor. ―finalizó y bajó las escaleras, alejándose de mí. Solté un bufido y seguí mi camino hacía la cafetería.

Entré a la cafetería, completamente llena, y me encaminé al mostrador de comidas. Elegí una hamburguesa con papas junto a una Coca Cola, todo muy saludable. Tomé mi bandeja y comencé a buscar lugar. ¿Dónde se supone que debo sentarme ahora? Al final del gran comedor se encontraba Bradley junto a sus amigos y había un lugar libre. Con el humor de Bradley no puedes esperar otra cosa. Revisé nuevamente y nada. Caminé resignada hacia esa mesa y me senté sin hablar, junto a mi compañero de cuarto.

―¿Qué haces aquí, Skylynn? ―preguntó Bradley con su típico rostro serio. ¿Acaso éste chico no sonríe?

―No hay más lugares disponibles.

―Está bien.

―Skylynn, ¿eh? ―habló mismo idiota que ayer en el desayuno.

―¿Tienes algún problema con mi nombre? ―pregunté enarcando una ceja.

―Ninguno.

―Bien. ―sonreí falsamente mientras que metía una papa en mi boca y comenzaba a almorzar. ―¿Connor? ―le pregunté a Bradley que era el único que conocía, aunque no me llegase a caer del todo bien.

―¿De qué conoces a Connor?

―Se ha sentado conmigo en el desayuno. ―me encogí de hombros.

―No lo sé, sigue enojado conmigo. ―dijo sin darle importancia.

[...]

―Buenas tardes, Jones. ―saludó el profesor Hemmings. Genial. La única persona en detención. Dejé mis libros fuertemente sobre la mesa y me senté, ignorándolo.―He dicho buenas tardes.

―Hola. ―murmuré a lo que el rio.

―¿Qué es lo gracioso? ―él se acercó a mi mesa y se agachó a mi lado.

―Que gracias a tu comportamiento de hace instantes, deberás asistir a detención durante los próximos cinco días que tengas mi asignatura. ¿Qué tal, guapa? ―acarició mi mejilla y me guiñó.

―¡Eso es injusto! ―elevé mi voz a la vez que me incorporaba.

―Es una lástima que seas una niña tan rebelde. ―sonrió y volvió a su escritorio.―Resume la pagina 71,72 y 73 Skylynn.



Muchísimas gracias por apoyarme, una vez más.

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All the love, Sabrina


Young love || Bradley Simpson.Where stories live. Discover now