14. No debo enamorarme

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―Eso es todo por hoy. ―finalizó Luke y todos comenzaron a salir de la clase. Bradley se quedó sentado en su lugar mirando a Luke fríamente, incluso podría decir que con odio. Tiré mis libros al piso intencionalmente y ambos me miraron. Brad se levantó de su silla y me ayudó a levantarlos.

―Gracias. ―miré a Luke y negué con la cabeza.―¿Vamos?

―Claro. ―caminamos fuera del salón y lo miré.

―¿Qué fue eso, Bradley?

―No ha sido nada.

―¿Nada?

―Nada, Skylynn.

―Aja. ―caminé más rápido que él y me metí al baño de mujeres, sabía que allí no podría entrar.―Ugh ¡hombres! ―aventé mi mochila contra una de las puertas del baño. Apoyé mis manos en el lavabo y respiré hondo.―No debo enamorarme de él, no debo enamorarme de él, no debo hacerlo. ―repetí muchas veces mientras me miraba al espejo, tratando de convencerme. Sabía perfectamente que esas sensaciones no eran porque sí.

―¿De quién no debes enamorarte? ―dijo Brad apoyado en la pared a un lado de la puerta.

―No te importa, vete. Es el baño de mujeres.

―Si me importa, y mucho.

―Es el baño de mujeres.

―¿Y yo he preguntado?

―Mejor cállate, Bradley. ―tomé mi mochila y caminé hacia la salida pero al pasar por su lado tomó mi brazo y me puso contra la fría pared, quedando él frente a mí. Pego nuestros cuerpos y miró mis labios. No lo mires, Skylynn, te volverá a hacer lo mismo, no lo mires.

―Mírame.

―No lo haré. ―dije firmemente. Puso su mano en mi cuello y levantó mi rostro pero cerré los ojos.

―Mírame.

―No.

―¿No me mirarás?

―No. ―apenas pude terminar de decirlo, ya que pegó sus labios a los míos y comenzó a besarme. Intenté resistirme pero era imposible. ¡Besa como los mil demonios! Dejé de resistirme y le seguí el ritmo. El beso se tornó más apasionado. Coloqué mis manos alrededor de su cuello y tiré un poco de sus rizos. Él quitó mi mochila de mi hombro y la tiró al suelo, para luego poner las manos en mi trasero y hacer que enrosque mis piernas en su cuerpo. Cerró la puerta y me llevó hasta el lavabo, dejándome sobre éste. Sus labios son jodidamente adictivos. Un gemido se escapó de mi boca cuando apretó mi trasero.

―Dios, no hagas eso. ―bajó sus besos por mi cuello y ahí fue cuando volví a la realidad.

―Brad. ―diablos, eso sonó como una súplica.―Brad, para.

―¿Qué?

―No podemos hacer esto.

―Claro que sí.

―No, Brad. ―quité mis piernas y solté su cuello una vez que mis pies tocaron el piso. Acomodé mi ropa y cabello un poco, tomé mi mochila y salí del baño rápidamente, dejándolo sólo allí.

Dios...



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All the love, Sabrina

Young love || Bradley Simpson.Where stories live. Discover now