III.

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Resumen: Beca acalla a base de vodka, tequila, y cualquier botella que se cruce por su camino, a la vocecita que le recuerda que sentir lo que siente por Chloe, por su mejor amiga, por otra mujer, no es normal. Y cuando es capaz de bailar con la pelirroja sin sentirse sucia; se inclina, susurra a su oído que por qué no se van a un sitio más privado, y entrelaza sus dedos con los de Chloe. Basada en la canción "Sober", de Selena Gómez (preferiblemente la cover de Cat Grace).

Rating: M

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"You don't know how to love me when you're sober

When the bottle's done you pull me closer

And you're saying all the things that you're supposed to

But you don't know how to love me when you're sober."

La primera vez que pasa, están en una fiesta de los Trebles, celebrando la noche antes de las vacaciones de primavera.

Las Bellas, como siempre, llegan media hora más tarde, cuando la fiesta está ya en su máximo apogeo. Se cuelan una tras otra a través del agujero que hay entre los setos que separan la casa de los chicos de la suya. Aunque han hecho una pre-fiesta antes de salir, y todas van ya, si no borrachas, achispadas; se dirigen en tropel al bar tiki montado en medio del jardín para aprovisionarse con vasos rojos de plástico llenos hasta el borde del mejunje de turno.

Beca va enganchada del brazo de Chloe, ambas mejores amigas balanceándose al mismo tiempo a un lado y al otro, con las cabezas juntas mientras se ríen de algo que solo ellas entienden. Los chupitos que se tomaron en la cocina de la casa de las Bellas parecen haberles subido con extremada rapidez.

Como siempre que hay alcohol involucrado, la palpable tensión sexual que hay entre ambas amigas desde su famoso encuentro en las duchas, se intensifica. Pero esta noche es distinta. Porque llevan desde que se vistieron tonteando la una con la otra, tocándose de forma totalmente inocente – e innecesaria –, lanzándose miraditas, dejando que sus ojos permanezcan fijados en ciertas partes del cuerpo de la otra que no deberían admirar.

Ambas notan esta corriente eléctrica. Ambas son conscientes de que la otra también se ha dado cuenta. Ambas saben que esta noche van a llegar a un punto de no retorno. Y a ambas no podría importarle menos.

Están borrachas y el alcohol ahoga las vocecitas de alarma en sus cabezas. Encuentran divertida la capacidad que tienen de calentar a la otra, solo un movimiento de caderas un poco más exagerado que el otro, un poco menos de espacio entre sus cuerpos mientras bailan, un roce de labios en la oreja al decirse cosas. Así que participan activamente en el peligroso juego de ver quién se rompe antes.

Beca se bebe tres chupitos de golpe y el mundo empieza a dar vueltas a su alrededor. Lo único firme que puede sentir es el cuerpo de Chloe restregándose contra su espalda, sus manos recorriendo sus costados y dejando tras ellas auténticas lenguas de fuego que devoran la piel de la morena hasta que siente que le sobra toda la ropa.

La pelirroja da un acertado empujón de caderas y lanza a la DJ por el precipicio. Beca se gira de forma repentina en el abrazo de su mejor amiga y se inclina sobre ella poniéndose de puntillas para alcanzar bien su oído.

- Ven a buscarme al baño en cinco minutos – Puntúa sus palabras con un mordisco al lóbulo de la oreja de Chloe, sonriendo cuando escucha el abrupto pico de su respiración.

- Pensé que nunca ibas a pedirlo – suspira la pelirroja.

La morena, que al fin y al cabo es la que mejor conoce la casa de los Trebles por ir allí asiduamente a ver a Jesse – estado civil: soltero, friendzoneado por Beca –, escoge el sitio que sabe con certeza que va a estar libre. De las habitaciones no está tan segura, no a estas alturas de la noche. Con paso inestable, esquiva la mayor cantidad de universitarios borrachos que se cruzan en su camino, y si no se los lleva por delante. Sinceramente, no puede pensar en otra cosa que en besar a Chloe.

SnapshotsWhere stories live. Discover now