BECHLOE WEEK 2018

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Monday July 23: Accidental Kiss

Cuando Chloe se despierta, lo primero de lo que se da cuenta es de que apenas hay luz. La casa de las Bellas está sumida en un silencio que solo se consigue durante la noche, interrumpido por el ocasional ronquido suelto o palabra murmurada.

Le pican los ojos como si se hubiera pasado tres horas buceando en el océano con ellos abiertos bajo el agua, y está segura de que rascárselos no ayuda a la situación. Parpadea varias veces, tratando de humedecerlos y deshacerse de los restos de legañas.

Un enorme bostezo interrumpe su proceso. A pesar de que se muere de sueño, sabe que es inútil volver a intentar quedarse dormida. Ya le costó bastante anoche, y las pocas horas de sueño consiguió fueron inquietas y poco profundas. Además, puede notar su estómago apretarse por los nervios con cada minuto que pasa.

Resopla y se pone los ojos en blanco a sí misma. Se quita la sábana enredada de una patada y cruza su habitación, ignorando la maleta hecha y cerrada que descansa sobre el suelo en una esquina, esperando el momento en que la embarque a un avión dirección a Copenhague.

Baja silenciosamente las escaleras y rodea la esquina para atravesar el salón hacia la cocina. Se sorprende al encontrarse a Beca ya despierta, tanto que su paso vacila. Bosteza de nuevo, sin molestarse en enmascararlo, y estira los brazos por encima de su cabeza para estirar el cuerpo y los músculos agarrotados.

Arrastra los pies descalzos el resto del camino, acercándose a Beca, que está sentada en un taburete de espaldas a la entrada de la cocina. La morena no se gira a recibirla ni nada, pero Chloe sabe que es consciente de su presencia por la forma en que alza un poco la cabeza y relaja los hombros.

Supone que Beca la ve acercarse a ella gracias a su reflejo distorsionado en el cristal del horno que tiene delante, al otro lado de la cocina. Supone que Beca decide girarse a decirle hola o simplemente para comprobar que no planea atacarla por la espalda.

Chloe solo puede suponer.

Porque la verdad es que lo siguiente que pasa... Bueno, son una serie de sucesos que están algo borrosos en su mente.

Sus manos caen sobre el respaldo de la silla en la que Beca está sentada. Al mismo tiempo que se inclina sobre su espalda para depositar un beso en su mejilla, Beca gira la cabeza.

Y el beso de Chloe, más que en su mejilla, cae en los labios de una desprevenida Beca.

El contacto es como una descarga eléctrica y apenas dura unas milésimas de segundo. En cuanto ambas se dan cuenta del error, se separan de golpe como si se hubieran abrasado los labios.

Sonrojada, Beca carraspea y agacha la cabeza.

Sin entender del todo qué acaba de pasar, Chloe da un paso atrás. Parpadea y se lleva una mano a los labios. Todavía puede notar el fantasma de la sonrisa de Beca presionada contra ellos y mentiría si dijera que no hace que su cabeza dé vueltas a una velocidad vertiginosa.

Beca abre y cierra la boca varias veces sin que salga sonido alguno. Al final, encuentra las palabras y empieza a decir algo, pero su voz se atasca y rompe a la mitad, haciendo que sea incomprensible.

Solo alza la mirada un instante, y en cuanto se encuentra con la de Chloe, la retira al techo. Traga saliva y carraspea de nuevo.

- Hay café hecho – musita.

Despega el dedo índice del mango de su taza para señalar hacia la esquina de la cocina en la que está conectada la máquina y deja que sus ojos revoloteen por la estancia, evitando a Chloe como si fuera un imán de carga opuesta.

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