Tuesday 25th: Summer Camp

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N/A: He tenido suerte y he encontrado WiFi. Crucemos los dedos para que mi suerte dure hasta mañana y pueda subir el siguiente capítulo en su día :)

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Resumen: Odia Barden Summer Camp, y solo de pensar que tiene que estar aquí el mes entero le dan ganas de saltar desde el tejado de una caseta. Además, comparte litera con una excitada pelirroja que convierte en su misión asegurarse de que Beca odie un poco menos el campamento.

Y puede que lo consiga.

Rating: T

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Odia Barden Summer Camp.

¿Que lo ha decidido tras solo 5 minutos dentro del actual recinto? Sí. Pero no necesita estar mucho más tiempo para darse cuenta de que este sitio es horrible y solo de pensar que tiene que estar aquí el mes entero le dan ganas de saltar desde el tejado de una caseta.

Pero claro, su querida brujastra haría lo que hiciera falta con tal de deshacerse del estorbo de la niña durante el verano y así poder estar a solas con su padre. Y si deshacerse de ella supone llevarla al mismísimo infierno, adelante y sin dudar dos veces.

En realidad, a Beca no le extraña que haya acabado aquí, en medio de literalmente la puñetera nada. Si esto es el infierno, Sheila lo conoce porque ella es el diablo. Seguro que le han hecho precio especial por ser un miembro VIP.

Pero la que va a tener que sufrir el mes en, y lo reitera, medio de literalmente la puñetera nada es ella. Beca. Que no ha hecho nada para merecerse esto. Y, aun así, aquí está. Y aquí va a estar por 29 días más.

Sin WiFi. Ni ordenador. Con un móvil inservible porque no hay puta cobertura. Forzada a salir a la naturaleza y hacer ejercicio y ser sociable con niños emocionados por estar aquí. Porque solo hay niños aquí. Porque, ¿qué persona de 16 años en su sano juicio va a un campamento de verano?

Beca te responde quién. Nadie. Excepto ella.

Puta Sheila.

Puta vida.

Puto todo.

Suelta un bufido y lanza su mochila y el saco de dormir contra la pared. Por suerte, sus compañeras de cabaña ya se han emparejado y Beca es libre de escoger la litera más alejada, todavía desocupada, y la cama de arriba. Lo cual es importante porque estar abajo le da un poco de pánico. ¿Y si se te cae encima? No se fía de ellas ni una pizca.

Trepa por la escuálida escalera metálica y se deja caer sobre el colchón, descubriendo que es tan fino que es casi como dormir en el suelo.

Genial. Fantástico. Ni siquiera va a ser capaz de dormir bien. ¿Puede empeorar más la situación?

Casi como si el universo la hubiera escuchado, sus compañeras de cabaña, a las cuales ha ignorado de manera descarada, dejan escapar gritos de emoción y sus voces se convierten en una cacofonía ininteligible mientras saludan a alguien.

Entonces, Beca ve la coronilla de una cabeza pelirroja acercarse a su litera, seguida de las coronillas de las demás chicas, y siente el rebotar de la estructura metálica cuando una mochila y un saco de dormir aterrizan en la cama de abajo.

Suspira de nuevo y hunde la cara en las manos, maldiciendo su suerte y al maldito universo por no dejarle tener ni una puñetera cosa buena.

No se da por aludida cuando las voces excitadas se convierten en susurros, ha convertido a sus compañeras en un sonido de fondo que la arrulla hasta casi quedarse dormida.

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