Monday 24th: Coincidence

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Resumen: Basado en este prompt que vi en Tumblr: Acudimos a la misma fiesta por separado, pero llevamos disfraces coordinados y ahora todo el mundo piensa que estamos saliendo, pero no sabía de tu existencia hasta esta noche, ¡hola!

Rating: T

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- ¿Cómo?

Stacie suspira, pero no alza la mirada de la lima que está pasando sobre sus uñas.

- Es una fiesta de disfraces – repite en tono cansino.

- ¿Y no se te ocurrió decírmelo antes, en vez de cuando solo queda una hora para que nos tengamos que ir? – espeta Beca, alzando las manos para expresar su profunda exasperación con la situación.

- Te lo dije – asegura Stacie, encogiendo un hombro –. Otra cosa es que me hagas caso cuando te hablo.

La DJ se limita a bufarle de vuelta. Mira su ropa, unos vaqueros y una camiseta de franela, ahora inservible, y se gira para volver a su habitación solo para darse cuenta de que no sirve de nada porque no tiene ningún disfraz.

No es el tipo de persona que se disfraza a no ser que la obliguen, y normalmente tiene que ser bajo amenaza de muerte. Si ya no se siente cómoda en situaciones sociales en su propia piel, imagínate cómo es teniendo que llevar una piel que no es suya.

Reprime un escalofrío y se encoge de hombros, fingiendo una tristeza que no es para nada real.

- Pues vas a tener que ir sola a la fiesta.

Eso sí atrapa la atención de Stacie, cuyos ojos verdes saltan de la uña que está retocando a Beca con una rapidez sorprendente. Una ceja castaña se arquea de esa forma que utiliza Stacie cuando quiere preguntar silenciosamente si le está tomando el pelo.

- ¿Cómo? – ahora es ella la que pregunta lentamente, parpadeando y ladeando la cabeza igual que si hubiera escuchado mal.

- No tengo ningún disfraz, y no voy a ser la tonta de turno que se presenta en una fiesta de disfraces sin disfraz – explica Beca con sencillez mientras se quita las Converse con los pies.

- No puedes no venir, Beca – el tono de Stacie es rotundo, e incluso deja la lima sobre la mesa así que la morena sabe que está hablando totalmente en serio –. Amy la Gorda me pidió explícitamente que vinieras.

- Pues tendrás que inventarte alguna excusa – se encoge de hombros, despreocupada –. De todos modos, ¿quién hace una fiesta de disfraces? Ni que tuviéramos diez años – bufa.

Acaba de dejarse caer en el sillón, los pies sobre la mesita de centro, cuando Stacie agarra su brazo con firmeza y empieza a tirar de ella por el pasillo en dirección a la habitación de la morena, sin hacer caso de sus quejas y gritos.

- Algo tendrás en tu armario que podamos convertir en un disfraz – asegura con determinación.

Tira a Beca en su cama como si fuera una almohada y abre de par en par las puertas de su armario, examinando la ropa con cautela. Incluso Googlea ideas sobre disfraces fáciles de hacer para hacerse la tarea más fácil y rápida, pues tienen que salir de allí no tardando mucho si no quieren llegar tarde.

Mientras tanto, Beca la observa desde donde está tumbada en su cama, con toda la calma del mundo porque sabe que es imposible que encuentre algo remotamente parecido a un disfraz, y contenta con la idea de que va a poder escaquearse de esta fiesta.

Pero su felicidad dura poco.

- ¡Ajá! – exclama Stacie. Se gira hacia Beca con una cazadora de cuero negra estilo motorista que le regaló su padre y esboza una enorme sonrisa de victoria –. Espero que tengas gomina.

SnapshotsWhere stories live. Discover now