Wednesday 26 th: Blurred Lines

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N/A: Lo prometido es deuda, así que hoy os regalo dos capítulos. Espero que os gusten y no dudéis a la hora de dejarme saber qué os parece esto, aquello, o lo que sea. Todo comentario es bien recibido :)

Este capítulo no lo he revisado, así que si hay algún error, lo siento mucho, pero ya estoy algo cansada de mirar letras en la pantalla.

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Resumen: Llevan desde que se conocieron bailando alrededor del fino límite que separa la amistad de algo más. Se tambalean sobre la cuerda, pero sin terminar de saltar a uno de los lados. Y si no fuera porque ya han llegado a un punto en el que es frustrante, porque Chloe está a punto de estallar ya por tanta tensión acumulada, se quedaría en él eternamente.

Pero ahora mismo está jugando para ganar.

Rating: M

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Contraria a la creencia popular, Chloe es bien consciente de que existen límites.

Aunque ella no los tenga, o no tenga necesidad de ellos – por lo menos, eso cree –, sabe que muchas personas necesitan de límites para estar cómodos y sentirse seguros. Se rodean de ellos como almohadas alrededor de una cama en caso de que se caigan. Y no solo las personas. Chloe también es consciente de que todo en este mundo tiene límites: cada interacción social, cada situación, e incluso los objetos y animales.

Así que Chloe sabe que hay límites. Otra cosa es que los respete.

Especialmente porque, para ella, no hay nada más divertido en el mundo que fingir que no sabe de su existencia y pasar sobre ellos como si nada. Los pisotea y empuja. Y si puede romperlos, mucho mejor. Pero siempre con cuidado, siempre alerta a la más mínima señal de incomodidad o peligro para parar lo que está haciendo.

No busca que alguien lo pase mal, sino todo lo contrario. En su opinión, tener límites muchas veces frena a la gente de vivir, les condiciona a la hora de hacer cosas. De modo que Chloe siempre empuja cuando considera que es seguro hacerlo, y si se equivoca, es rápida a la hora de admitir su error y pedir perdón.

Y a pesar de ser una auténtica experta a la hora de jugar con los límites, Chloe solía tenerlo como un simple pasatiempo. Algo que hacía de cuando en cuando al presentarse la oportunidad perfecta y le parecía interesante, excitante. No tenía por costumbre hacerlo a diario.

Hasta que conoció a Beca Mitchell.

Entonces, ese hobbie se convirtió en una auténtica adicción. Algo que Chloe no puede controlar. No puede evitar. Y tampoco es que quiera, si es totalmente honesta. Desde el momento en el que vio a la pequeña DJ con aspecto de perdida en medio de la feria de actividades de Barden sintió una irresistible atracción por ella que iba más allá de lo puramente físico.

Solo una corta conversación le bastó para saber que Beca era diferente a todos los demás. Pudo ver que la morena tenía más límites que cualquier otra persona y la tentación de sobrepasarlos casi cegó a Chloe. Aunque, debe decir que cuando se coló en su ducha de verdad que no tenía ni idea de que era Beca quien estaba cantando, podría haber sido cualquier otra persona, pero tuvo que ser Beca.

Curioso, ¿verdad? ¿Cómo iba a resistirse a ello si hasta el destino parecía conspirar para juntarlas?

Beca se lo pone fácil. Lleva sus límites como una armadura, no se molesta en esconderlos de los demás. No se avergüenza de ellos ni piensa que le condicionen la vida, para ella es un método de protegerse de todo aquello que le puede hacer daño. Y tenerlos así, a la vista, hace que la resistencia de Chloe se desvanezca. Son como grandes carteles de neón con brazos que le pinchan y empujan, suplicando que les preste atención.

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