Snapshots

Thursday 27 th: Flowers

N/A: Segundo y último por hoy.

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Resumen: Está tan concentrada en comprar un ramo de flores que, hasta que la dependienta de la floristería no le pregunta "¿qué flores quieres te ponga, cielo?" no se da cuenta de que no tiene ni puñetera idea.

Rating: K+

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Beca está cómodamente tirada en su cama, con el ordenador sobre las piernas cruzadas, dándole los últimos retoques a un mix, cuando escucha a alguien llamar a la puerta de su habitación.

Dado que Kimmy Jin ha huido con sus amigos del club de coreanos y está sola, suspira con fastidio y deja el portátil sobre el colchón antes de rodar hasta el borde y levantarse. Se siente ligeramente mareada por lo súbito del movimiento después de estar horas sentada, o quizá por la falta de alimentos en su estómago vacío. Es incapaz de recordar si hoy ha comido o no, y si no se acuerda lo más probable es que no haya comido.

Bueno, tampoco pasa nada, se dice a sí misma con un encogimiento de hombros. Ya está acostumbrada a olvidarse de comer y beber cuando se enfrasca con su música. Cenará algo fuerte y arreglado.

Abre por fin la puerta de su cuarto, poniendo fin a los impacientes golpeteos de nudillos sobre la madera, y se encuentra a Jesse al otro lado. En cuanto la ve, el joven la recorre de arriba abajo con la mirada, frunce el ceño y empuja la puerta para entrar.

- ¿Qué haces así todavía? ¿Acaso estás vestida? ¡Beca! ¿No se te habrá olvidado, verdad? – le espeta sin apenas parar para coger aire ni dejar que la morena responda.

El manillar golpea la pared en un golpe seco, pero Jesse ni se inmuta, parándose en medio de la habitación con las manos en las caderas y expresión de enfado.

- Woah, ¿qué demonios, tío? – exclama Beca mientras comprueba que no le haya pasado nada ni a la pared, ni al manillar –. A ti sí que se te ha olvidado tomarte tus calmantes.

- Beca, no es momento de bromear – advierte el Treble –. ¿Por qué no estás lista para tu cita con Chloe?

- ¿Por eso estás tan alterado? ¡Hemos quedado a las ocho!

- ¡Y son las siete y media y tú con esas pintas! – hace un gesto con la mano que abarca la poca extensión de la DJ.

Beca se mira en el espejo de cuerpo entero que cuelga de la pared y ve su mata de pelo enredada por no haberse peinado después de despertarse, su pijama que consiste en una camiseta extra grande de propaganda de alguna empresa que probablemente ya no exista y unos pantalones cortos. Se encoge de hombros, todavía sin ver el problema.

- Tardo diez minutos en vestirme y cinco en llegar a su apartamento. Creo que voy bien de tiempo – replica, sarcástica, y se deja caer de nuevo en su cama.

- ¿No piensas llevarle nada?

- ¿Qué quieres que le lleve, Jesse? – pregunta, las cejas arqueadas –. Ya vamos a ir a cenar.

- No sé – ahora más calmado, el Treble empieza a proponer ideas excitadamente –. Podrías cogerle un ramo de flores. O una caja de bombones y uno de esos globos con palo que venden en los supermercados. O, si quieres algo más original, yo una vez le llevé a una chica un paquete de palomitas dulces y le encantó. O...

- Mira, te voy a frenar ahí mismo – interrumpe Beca con una mano alzada.

- ¿Por qué? ¿Te ha gustado alguna? – ilusionado, Jesse le regala una de sus enormes sonrisas que a Beca siempre hacen que se lo imagine como un niño pequeño –. Son las palomitas, ¿verdad?