5

3.4K 207 4
                                    


PARTE CINCO

Allí estaba él, el chico rubio que se había reído de mis comentarios esta mañana.

Se acercó a mí pero no me tocó.

-¿Estás bien? - preguntó. Asentí temblando. - Ven, vamos a por un poco de agua - dijo y me tendió su mano. Dudé por unos segundos pero al final agarré su mano.

Abandonamos el gimnasio, y lo último que vi antes de que el cerrara la puerta fue a Liam de pie con la nariz sangrando.

Me dejó sentada en las escaleras y fue a por una botella de agua.

- Muchas gracias - dije tras un rato y tomé otro sorbo de agua.

- No las des, ese tío es un gilipollas - replicó. Sonreí y le miré detenidamente. En definitiva él era guapo, muy guapo. Tenía una cara redonda, unas largas pestañas que resaltaban sus ojos marrones y un cabello rubio muy claro. A pesar de estos detalles su aspecto era de chico malo, no aquellos que se muestran claramente sino los que prefieren ocultarse al igual que sus secretos. - ¿Te fascino? - preguntó y yo me sonrojé.

- Lo siento - musité y clavé mi mirada en el suelo avergonzada. Él soltó una carcajada.

- Era broma - dijo y acarició mi mejilla. Rápidamente me alejé asustada. - Lo siento, lo siento - comenzó a gritar y se acercó de vuelta. - Con tanta belleza me había olvidado del incidente, de verdad lo siento - repitió.

Volví a mirarle a los ojos, sonrojada. Agarró mi brazo con suavidad y me pegó a él. Con su mano izquierda acarició mi cabello.

- ¡Señorita Nacanelli! ¡Señor Wise!- oimos gritar a la directora y rápidamente nos separamos. - A mi despacho ahora mismo jovencitos -continuó con sus chillidos. Hice una mueca y él hizo lo mismo.

- Ya me sé el camino, tranquila - dije al pasar por su lado.

- Llamaré al señor Racanelli y a los señores Wise.

- Sí, sí - repliqué pero recordé que él estaba de mal humor esta mañana. Mordí mi labio mientras seguía avanzando. ¿Hoy era el día de mi entierro?

- Tranquila - me susurró y agarró mi mano

- No sean impertinentes - gritó de nuevo y golpeó nuestras manos con la dichosa regla. Dejamos de agarrarnos las manos y continuamos caminando cabizbajos mientras ella nos seguía.

Esperamos media hora hasta que los padres de él aparecieron.

- ¿Qué ha pasado David? - gritó su madre preocupada separándose de su padre.

Aquella imagen trajo recuerdos a mi cabeza y mi mente comenzó a divagar acerca de mis padres.

- Nada - musitó y me sonrió de lado

Los tres entraron al despacho y yo continué pensando. ¿Por qué habéis desparecido?

Un rato después sentí una palmada en mi cabeza. Alcé la vista y allí estaba él...

-Ainhoa, ¿Por qué lloras? - me preguntó. Sus ojos grises se clavaron en los míos y con sus heladas manos borró las lágrimas que había soltado sin darme cuenta.

- Señorita, de nada sirve llorar ahora - dijo la directora saliendo de su despacho.

Vi a ¿David? saliendo con sus padres del despacho. Todos tomaron asiento mientras nosotros entrábamos.

- ¿Qué pasa ahora, señora Gruss? - adoptó su postura arrogante y esos gélidos ojos se posicionaron en ella mientras pronunciaba aquello. Tomé asiento al lado de él.

FALL INTO OBSESSION: sixteen of shyness (+18) español.Where stories live. Discover now