FALL INTO OBSESSION: sixteen of shyness (+18) español.

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PARTE ONCE

Esa noche, a la hora de cenar apareció en casa con una chica. En cuanto escuché su voz supe que era ella. 

No pude decir nada, pero tampoco contuve mi cara de asco cuando me la presentó. Era una chica muy guapa, debo admitir que, era evidente por qué la habían elegido de modelo. 

- ¿Hablé contigo antes? - me pregunta sonriendo. Asiento de mala gana y ella se pega un poco más a él. Coloca su mano en su hombro. - Pensaba que era Nate quién había atendido, lo siento. 

- No pasa nada. - replico seria y corto otro trozo de pescado. - Perdón por entrometerme. 

-No - replica enseguida. Veo como empuja la comida con el tenedor - No ha sido culpa tuya, además no has hecho nada. - asiento y continuo cenando. Él la pregunta algo relacionado con su trabajo y ella responde. Me mantengo en silencio el resto de la cena y en cuanto puedo me escabullo para subir a mi cuarto.

Una vez dentro me meto dentro de las sabanas y trato de quedarme dormida. 

Me despierto llorando.Acabo de tener el sueño, mejor dicho la pesadilla, más horrible del mundo. Soñé que mis padres no iban a volver nunca...y quizá así lo sea. Quizá una parte de mí lo sabe... sabe que estoy sola en este mundo...

Dirijo mi vista hacia la ventana y puedo ver que el sol aún no ha salido. De un salto me pongo de pie y salgo de la habitación a por un vaso de agua, decisión que lamento al llegar a las escaleras. 

Presencio una escena que no es de mi agrado. Allí esta ella, sonriendole. Él sigue en pijama pero ella lleva la misma ropa que ayer. 

- Vamos - insiste él - Ryan te va a matar como llegues tarde a la sesión - le escucho decir. Ella asiente. Se acerca a él y ¡le besa!

- Ya me voy. - replica una vez se separan - Adiós, Nate - sonríe una última vez antes de abrir la puerta y salir. 

Me quedo congelada, mis piernas no responden y a pesar de ver como él se aproxima a las escaleras, no puedo moverme.

Comienza a subir las escaleras y su mirada se cruza con la mía tras mirarme de abajo arriba. 

- ¿Qué haces despierta? - pregunta mostrando cierto mal humor. 

- Iba a por un vaso de agua...- replico tras un buen rato en el que él no para de observarme.

- Y has decidido espiar en el camino - continua. Abro los ojos como platos. ¿Qué ha dicho?

-¿Qué? - pregunto asombrada. 

- Déjalo - su tono vuelve a ser neutro. Pasa por mi lado sin decir nada más y se adentra en su habitación. Oigo como cierra la puerta. 

Mis pies vuelven a reaccionar. Corro siguiendo sus pasos y al llegar a la puerta comienzo a golpearla. 

- No se que te crees. Ni que fuera yo una malcriada. - grito y continuo golpeando sin respuesta alguna. - Mis padres me educaron bien. Ni siquiera me interesa tu vida...así que no te hagas el interesante. - no me dí cuenta hasta que mi puño impactó con su pecho de que había abierto la puerta. 

- ¿Se puede saber que haces? - pregunta mientras lleva su mano derecha al lugar donde le he golpeado. 

- Eso debería preguntarlo yo. - replico molesta - Vas por allí acusándome de todo y corrigiendome como si fueras cincuenta años mayor que yo no diez. Sé que tienes diez años más no hace falta que me lo repitas todo el rato y menos de este modo.  - prosigo con el mismo tono de voz.