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***NARRA NATE***

El lunes amanecí solo. Resulta que Ainhoa se despertó pronto y fue a su cuarto con tal de evitar la escena del otro día cuando Linda casi nos descubre. Bajé de la cama y caminé hasta el baño. Tras ducharme fui directo al vestidor, siguiendo mi rutina de todos los días. Me coloqué un traje azul, una camisa blanca, una corbata negra y unos zapatos del mismo color. Volví al baño para peinarme y lavarme los dientes. 

Cuando abandoné mi habitación choqué con Ainhoa, que estaba saliendo de la suya. Ambos sonreímos cómplices.  Bajamos las escaleras hasta la cocina dónde Nora y Linda habían preparado el desayuno. Subimos al coche un rato después, miré a Carter que parecía algo enfadado. Decidí callarme y no preguntar nada por ahora.  El chico arrancó el coche y en poco tiempo Ainhoa estaba bajando del coche. 

- Ten un buen día. - murmuro y asiente. - Y por favor nada de problemas. - expongo a continuación. Ainhoa hace una mueca, se despide de Carter y después camina en dirección a la entrada. Cuando esta cruza la puerta el coche avanza. 

- ¿Sucede algo, Carter? - decido cuestionar. Este me mira a través del espejo un buen rato. 

- Nada. - responde finalmente. 

Noto que es mentira, pero viendo su humor decido dejarlo de lado por ahora.No tengo ganas de discutir con nadie, y, de alguna forma intuyo que esto no acabará bien. 

Bajo del coche cuando Carter aparca y me despido de él. Entro a la oficina y subo hasta mi planta. Al llegar veo a mi secretaría corriendo en mi dirección. Otro día más de trabajo. 


***

Bajo del coche, dando un portazo y me dirijo a la puerta principal. Abro la puerta y avanzo, sin detenerme ni un segundo, hasta el salón. 

- Señor, él está aquí. - murmura bajo mi empleada pero la ignoro y continúo. 

Me detengo en mitad del salón, observando aquella imagen. Ahí está él, sentado sobre mi sofá con esa mueca de prepotente. 

- ¿Cómo te atreves? - grito, hecho una furia. 

- Nathaniel, siéntate. - ordena como si fuera su casa. 

- ¿cómo te atreves? - repito, apretando los puños y sin moverme. Por el rabillo del ojo observo a Ainhoa, algo asustada. 

- No me has dejado opción. - replica él, como si aquello fuera normal. 

- ¡Fuera de mi casa! - grito, sin aguantar más aquello. 

Este hombre es un total prepotente y maleducado. Me viene pidiendo casi de rodillas que tomara su caso y cuando lo hago se atreve a decirme que ya no le sirvo y que ha encontrado otro abogado. ¿cómo se atreve? 

- No te pongas agresivo. -  responde tranquilo. 

Me acerco y, por primera vez en años, agarro el cuello de su camisa. 

- Escúchame bien, voy a destrozarte. Voy a tomar el caso y voy a barrer el suelo con tu nuevo abogado. - murmuré amenazante, demasiado cerca de su cara. 

Este palideció ante aquella declaración de guerra. Me miró furioso y me empujó, poniéndose de pie. 

- Tienes que aceptar que él es mejor que tú y punto. Es que pareces un niño pequeño al que le han quitado su juguete. Si ni siquiera querías el caso. - dice y cada palabra me cabrea más. 

- Te vas a comer tus palabras, y vas a tener que sacar mucho dinero de tu bolsillo. - amenazo -  Ahora sal de mi casa. 

- ¿O qué? - se atreve a preguntar. 

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⏰ Last updated: Aug 30, 2017 ⏰

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FALL INTO OBSESSION: sixteen of shyness (+18) español.Where stories live. Discover now