Capítulo 23

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Las cosas en mi casa no habían cambiado para nada. Todo seguía igual. Dos semanas habían pasado desde que mi madre botó a Benjamín, y aún no había demostrado siquiera la intención de hacer el intento de que vuelva. Y eso, obviamente, significa que sigo sin hablarle.

No habíamos cruzado palabra desde aquel día, y no pensaba hacerlo hasta que ella se disculpara con mi hermano y le pidiera que retorne a la casa, además de brindarle su apoyo durante esta etapa de su vida. Digo, es joven y obviamente esto no fue planeado, pero es su hijo! Que clase de madre no está ahí para acompañarlo y ayudarlo en lo que necesite? Además, que acaso no se da cuenta de algo? Va a ser abuela! Ni siquiera la idea de tener un nieto la pone contenta? Realmente no lo entendía. 

Es por eso que casi no pasaba tiempo en casa. Me pasaba las tardes saliendo con Stephanie y Bryce, o pasaba mis tardes con Thomas. 

Desde nuestra escapada nocturna a la feria, habíamos salido prácticamente casi todos los días. Nos pasábamos las tardes enteras saliendo a comer, viendo películas, paseando y jugandonos bromas mutuamente. Nuestra amistad había sido completamente restaurada y recuperada, y podría decir que estábamos igual que antes, si no mejor.

Sinceramente disfrutaba pasar mi tiempo con él, ya no era solamente una distracción. La manera en la que se estuvo comportando conmigo últimamente es exactamente la manera en la que se comportaba conmigo, ese chico dulce y atento del que me había enamorado estaba de vuelta, y realmente me alegraba. Siempre sabe como sacarme una sonrisa, y en serio se lo agradezco.

De Dominic no he sabido mucho. Se la pasa con Olivia, y prácticamente me ignora. Ya ni siquiera hablamos ni vamos al colegio juntos. Consiguió nuevos amigos, y aunque normalmente me alegraría por él, esta clase de amigos no me gustan. Los conoció gracias a su novia, y son los típicos idiotas que lo único que saben es molestar a todos en el colegio porque se creen muy populares y salir a beber todos los fines de semana. Y ahora mi primo era parte de ellos.

Me duele verlo llegar a altas horas de la madrugada completamente borracho, tropezando y tambaleándose hasta caer en su cama y dormir hasta el día siguiente, pero lamentablemente no me escucha y ya no sé que hacer. Su madre aún no consiguió una casa, por lo que sigue durmiendo en mi habitación. Estamos tan cerca pero a la vez tan lejos.

Mi vida no se encuentra en su mejor momento, por lo que solo espero que todo mejore.

Ahora mismo me encuentro de camino al departamento en el que está viviendo Benjamín. A los pocos días desde que se fue, se puso en contacto conmigo y con Diego y nos informó que había conseguido un trabajo como cajero en un restaurante de comida rápida y que con ese dinero había conseguido alquilar un pequeño departamento.

A pesar de que nos dijo que no nos preocupemos, es natural que lo hagamos. No me puedo imaginar a mi hermano trabajando para ganar un salario mínimo y con eso pagarse un departamento. Yo recién acabo de terminar la época de exámenes, es por eso que recién me estoy dando el tiempo para poder ir a visitarlo. 

El taxi se detiene y me indica que ya llegamos. Miro por la ventana y veo que el barrio en el que estamos no es muy bueno ni seguro que digamos. Tiene varias paredes pintarrajeadas con diferentes tipos de graffittis y hay algunos edificios abandonados. Verifico en mi celular la dirección que mi hermano me mandó y efectivamente es esta. Le agradezco al taxista y luego de pagarle, me bajo del vehículo, el cual arranca inmediatamente y me deja sola.

Avanzo hacia el edificio y lo observo. Es de unos cuatro pisos y la pared es de ladrillo. Unas cuantas flores crecen en el diminuto pasto que tienen en frente. Comparado con los demás edificios de alrededor, este se encuentra en excelentes condiciones. Me acerco al intercomunicador y presiono el número de departamento. Espero unos segundos hasta que escucho un pitido y seguidamente la puerta se abre, dejándome pasar.

Beautiful ChaosWhere stories live. Discover now