Capítulo 25

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Hoy era lunes, probablemente el día más odiado de toda la semana. El día que indica que el fin de semana y el descanso se acabaron. El día en el que nadie quiere levantarse temprano y empezar con cinco días largos cumpliendo obligaciones. 

Pero para mi hoy no es así. Hoy me levanto con una sonrisa y con muchas ganas de ir a la escuela por primera vez en mi vida. La razón? Después de mucho tiempo, Dominic y yo iremos juntos. 

Luego de su disculpa el sábado, todo volvió a la normalidad. Todo el domingo la pasamos juntos mirando películas y comiendo palomitas de maíz, además de pasárnosla hablando y poniéndonos al día sobre nuestra vida.  Realmente lo había extrañado, tenerlo de vuelta se sentía increíblemente bien. Es una de las personas más importantes en mi vida.

Entro a la ducha y apenas el agua calienta me meto debajo de la regadera. Dejo que el agua me empape completamente y después comienzo con el proceso de aseo. Me lavo el cabello, me enjabono el cuerpo y luego me enjuago. Cuando finalmente estoy lista, apago la ducha y salgo de ésta. Envuelvo mi cabello y mi cuerpo en una toalla respectivamente y salgo del baño para ir a mi vestidor. 

Busco entre mi ropa algo para ponerme y termino decidiéndome por un jean claro, una básica negra y encima de ésta una camisa a cuadros roja con negra. Para acompañar, me pongo unos Converse. Termino de vestirme y cepillo mi cabello y mis dientes. Aplico un poco de rímel en mis ojos y ya estoy lista.

Camino hacia mi cama y tomo mi mochila, no sin antes meter mi teléfono y mis audífonos en ésta, algo indispensable cuando voy a salir de casa. Pongo una agarradera en uno de mis hombros y salgo de mi habitación.

Bajo las gradas saltándome un escalón pero me detengo al llegar al final de éstas ya que escucho a Dominic hablando con su madre, lo que menos quiero hacer es interrumpir. Pero eso no quiere decir que no vaya a escuchar, la curiosidad me mata.

-Como te decía mamá,- escucho como suspira. -quería pedirte perdón por mi comportamiento éstas últimas semanas. Sé que no fue el mejor y que te estaba lastimando el verme así. Lo siento, me perdonas?

No escucho ninguna respuesta, simplemente un pequeño sollozo ahogado. Decido terminar de bajar las gradas y hago mi camino hacia la cocina. Apenas entro a ésta, sonrío al ver la escena en frente mío. Dominic y su madre se encuentran abrazados, mientras ella llora y acaricia la cabeza de su hijo.

-Por supuesto que te perdono, mio figlio- dice con la voz entrecortada por el hecho de estar llorando.

Se quedan en ese abrazo un buen momento hasta que Dominic levanta la mirada y mira justamente en mi dirección. Me descubrieron. Él al verme esboza una sonrisa y luego se separa delicadamente de su madre, quién al notar que su hijo está mirando detrás suyo se da la vuelta y me mira.

-Isabelle, no sabíamos que estabas ahí- dice limpiándose las lágrimas de felicidad sin borrar la sonrisa de su rostro.- Pasa, ven a desayunar.

Termina de decir esto y se aleja para después ponerse a preparar el desayuno.

-Buenos días- saludo a ambos una vez que me adentro en la cocina, seguida por Dominic.

Me siento en la mesa y él se sienta en frente mío. Me devuelve el saludo y comenzamos a charlar hasta que su mamá nos trae el desayuno y se sienta con nosotros a comer. Mamá había salido temprano al trabajo así que por eso no se encuentra desayunando con nosotros.

Comemos rápido y cuando terminamos nos levantamos de la mesa, nos despedimos de tía Agatha y luego de tomar nuestras cosas salimos de la casa en dirección a la parada del autobús para esperar hasta que éste llegue y nos lleve al colegio. 

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