3.

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Perrie se miro de nuevo en el espejo de cuerpo completo en su armario y sonrío pensando en su vida.

Su esposo la amaba. Tenía una hermosa casa y una buena vida.

¿Que más podía pedir?

Sabía que el que sus padres no estuvieran a veces era un golpe bajo. Pero eso no tenía por qué impedirle ser feliz con un hombre como Zayn a su lado. Un hombre que su padre había llegado a aceptar.

Sinceramente estaría mintiendo si dijera que no había pensado en aquella noche con Dustin últimamente. Porque la maldigan sin la había estado en su mente de manera algo regular.

-Te ves hermosa.-

Volteo a ver a Zayn en la entrada del closet, quien la miraba con amor y adoración.

Nunca he visto a alguien que adore tanto a su chica como Zayn te adora a ti.

La voz de Eleanor sonó en su cabeza y sonrío ampliamente.

Sí. Ella definitivamente amaba tenerlo ahí.

-¿Que crees que nos quiera decir Wal?- pregunto su esposo mientras se posiciona a detrás de ella y comenzaba a besar su cuello.

Perrie sonrío mientras Zayn seguía con las atenciones a su cuello y acariciaba sus brazos.

-Tienes la piel más suave que la seda- murmuró haciéndola reír.

-Exagerado.-

-Nunca exagero.-

Perrie volteo a mirarlo cuando el hombre se alejó de ella. 

Su marido tenía una gran y amplia sonrisa mientras sostenía una caja con la inscripción de una reconocida joyería.

La mujer rubia sonrío y lo abrazo.

-Te amo, aunque acabes de comprarle mercancía a mi competencia- murmuró con cariño.

-Uno le regala joyería y termina regañado- murmuró Zayn con falso enojo haciéndola reír. -De todas me tenía que casar con la más imposible de todas.-

Perrie rodó los ojos antes de cruzarse de brazos girar. Ella también podía ser infantil.

-Ojos en el espejo, cariño- le ordenó suavemente, haciéndola enfrentar su reflejo.

Zayn sacó el collar y su esposa se quedó sin aire. Literalmente.

Era hermoso. Absolutamente hermoso.

La delgada cadena de oro sostenía nueve diamantes. Que iban desde pequeños a grandes, los primeros a los extremos y en el medio el mayor.

Una mano cubrió su boca mientras Zayn tomaba el collar y lo abrochaba alrededor de su cuello.

Aparentemente los regalos no habían acabado porque el moreno a continuación saco una delgada pulsera, discreta pero hermosa.

-Dame tu mano.-

Cuando su muñeca, cuello y orejas estuvieron cubiertas con la extravagante joyería Zayn sonrío.

-¿Te gustan?-

-Las amo- aseguró la rubia. Su voz le tembló un poco.

Volteo a ver a Zayn y fue ahí cuando notó el bulto de una caja en su camisa. Perrie sonrío divertida antes de sacarla del propio bolsillo de su esposo. 

-Perrie, espera, esa caja no..-

Era muy tarde porque la mujer ya había abierto la caja y la tenía abierta frente a ella.

Enough Room For Three? |ZERRIE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora