21.

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-¡Perrie!-

Los brazos de su suegra la rodearon en cuanto la vieron parada en la puerta de su casa.
Trisha Malik la amaba; adoraba que fuera parte de su familia desde el momento en que su hijo se las había presentado. Había sido un día algo complicado, recordaba, y ella se había mostrado tan simple y divertida que todos se habían podido relajar. Cuando ella estaba a su lado, Zayn no podía dejar de sonreír, y para una madre nada podría tener más valor que ver a su hijo feliz y enamorado.
Incluso Yaser le guardaba cariño, muy a pesar de lo reservado que a veces podía ser, quizá fuera porque le recordaba a la relación de él con su esposa; Trisha era fuerte y después de tanto tiempo aún lo tenía comiendo de la palma de su mano, solo esperaba que su hijo no cometiera las mismas estupideces que había cometido él en el pasado. En el fondo sabía la suerte que tenía de que Trisha siguiera a su lado, a pesar de todo. Y sabía que su hijo se había conseguido una mujer hermosa e interesante, una de la que sería difícil quitar los ojos para distraerse con otras.

-Cielo hacía mucho no te veía. Estas tan linda.- acarició una de las mejillas de la rubia, en un gesto maternal.

-Creí que tu hijo era yo.-

Zayn las observaba divertido, le gustaba que su mujer fuera cercana a su familia, de hecho le llenaba bastante el pecho.

-Tonto, claro que sí. Pero mi Perrie es algo especial.- le guiñó un ojo antes de abrazarlo a él también.

Dentro de la casa, el flamante nuevo esposo de Waliyha cocinaba y por el ventanal que daba al jardín podía verse a Yaser y al marido de su hija mayor jugando con la pequeña Katherine. Doniya bebía agua de una copa, observando a su beba a la distancia. Y por ultimo ahí estaba Safaa, con el cabello azabache brillante atado en un rodete desordenado que cruzaban un par de palillos chinos; estaba concentrada en un dibujo que pintaba, tarareando una canción de los noventa.

-Hola linda.- Perrie terminó de saludar a todos acercándose a la más joven -¿Qué tan la escuela de arte?-

-Genial.- respondió, aún concertada en el dibujo.

-¿Y qué hay de los chicos? ¿Algún pretendiente interesante?-

-No mucho.- rió, ahora sí mirándola -¿Cómo estás Pezza? Hacía tiempo no te veía.-

-Supongo que bien. Y hablando de no vernos ¿dónde está Walls?-

-Fue al baño hace un rato.-

-Bien, ya vuelvo.- informó.

Por alguna razón creyó que debía subir, y se dirigió escaleras arriba al baño principal de la casa.
La puerta estaba cerrada pero sin embargo podía ver la luz prendida y oír los sollozos que provenían desde el interior del cuarto.
Algo estaba mal.

-¿Walls?- tocó suavemente -Soy Perrie. ¿Estás bien?-

Por al menos un par de minutos, no hubo respuesta. Sin embargo la rubia permaneció en el lugar, aguardando a que su cuñada la dejara pasar.
Y lo hizo, en un momento la puerta se abrió y Perrie pudo verla. La mujer estaba ojerosa, tenía el maquillaje corrido y los ojos irritados; incluso su pelo siempre lacio desde la raíz estaba descolocado. Estaba temblando.

-Cielos, Walls ¿qué ocurrió?-

-Cerrá la puerta.- tenía la voz rasposa.

Ella obedeció y cuando volteó descubrió los test de embarazo sobre la bacha de mármol. Había tres de ellos y todos eran negativos.

-Walls..-

-No puedo tener hijos.-

-¿Qué?-

Enough Room For Three? |ZERRIE|Where stories live. Discover now