5.

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Perrie cerró su bolso antes de mirarse en el espejo, repasando mentalmente que no le faltase nada. Los vestidos estaban en el hotel al igual que los trajes de los padrinos para que no hubiera ningún problema por si alguno del cortejo nupcial iba demasiado apurado para empacar su vestimenta.

-¡Zayn! ¡Ya vamos tarde, recuerda que Wal me pidió llegar antes!- llamó a su marido por tercera vez.-¡Me voy a ir sin vos si no bajas! ¡Sabes que lo haré!-

Segundos después el moreno bajaba con el celular en el oído junto a su equipaje, hablando en portugués.
Se acercó a ella y tomo el bolso de equipaje de su mujer antes de girarse en dirección al garaje.

Perrie suspiro pesadamente mientras lo seguía; si bien pasaba casi nunca, odiaba al Zayn ocupado que tenía el teléfono conectado a su oído. Era como si se desconectara de su mundo y ella automáticamente.

Su marido arrojó los equipajes en los asientos traseros del Aston Martin color plata antes de pasar frente a éste para abrirle la puerta. Una vez dentro, el hombre cerró la puerta y se dirigió a su lado para entrar.

Al por fin terminar de hablar en portugués, colgó y antes de que Perrie pudiera emitir palabra o sonido alguno, volvió a marcar otro numero.

-Lincon, Zayn...Sí..no..no lo sé...No me importa...Quince y ni un centavo más..no me importa. Solo hazlo...Sí, llama a Byron y decile  que si no lo escucha de vos, lo va a escuchar de mí y lamentable su trasero estará en la calle si llega a pasar eso. ¿Entiendes? Bien. No quiero más llamadas. Arregla esto.-

Cuando colgó, su marido lanzó el teléfono atrás de él y buscó en su bolsillo algo que la rubia ya sabia que buscaría. Ella le pasó una mano por su cabello cuando llevó el cigarrillo a sus labios.

-Zayn.- le advirtió antes de que a su esposo se le ocurriera encenderlo.

-Ya, no tenes por qué ponerte así. No lo he encendido siquiera.-

-¿Qué pasó?-

-Un interno idiota y los malditos portugueses.- bufó, pasando ahora él una mano por su cabello.

Perrie alcanzó la mano de Zayn y su esposo besó el anillo de compromiso que aún llevaba a pesar de portar una alianza en su otro dedo anular.

-Me vas a tener que ayudar a librarme de mi estrés, lo sabes, ¿verdad?

Ella sonrió antes de reír levemente, y a continuación, él aceleró antes de mirar a su mujer. Solo sentía una cosa.

Amor, solo amor.

• • •

Perrie regresaba del spa cuando vio a Doniya con bolsas bajo los ojos y un rastro de lágrimas mientras cargaba a Katherine, quien no hacía más que llorar angustiosamente con mejillas incineradas y ojos comprimidos.

-¿Doni?-

Su cuñada se volvió a verla mientras la rubia se acercaba a ella. Una vez estuvo ahí, la abrazó con fuerza.

-¿Qué pasa?- pregunto suavemente mientras secaba las lágrimas de la mujer unos años mayor.

-No tengo descanso, Perrie. Usaim está en el otro puto lado del mundo por el maldito trabajo y Katherine no deja de llorar. Ni por un segundo.- definitivamente la beba no era la única angustiada -Estoy cansada y sinceramente no sé cómo voy a arreglármelas. Amo a Kat pero en este momento... solo me hace sentir al máximo de mi estrés.-

Perrie secó las lágrimas de Doniya antes de quitarle a Kat de sus brazos para abrazar a la pequeña aún en llanto, y le besó la mejilla a su cuñada antes de sacarle los bolso de la beba, dejándola solo con su precioso Louis Vuitton colgándole de un brazo.

Enough Room For Three? |ZERRIE|Where stories live. Discover now