8.

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-¿Estás nerviosa?- preguntó con la boca pegada a su oído.

-Algo.- aceptó, con los ojos cerrados.

-No lo estés. Vea es buena.-

El hombre casi que la tenía abrazada, acariciándola donde el vestido le permitía, incluyendo en eso una mano cariñosa que daba ligeros apretones a su trasero habiéndose inmiscuido bajo el vestido por la abertura de uno de los laterales.

-Esto es muy fácil para vos, has follado con ella incluso quizá más veces que conmigo.- las palabras salieron con más cizaña de la que ella hubiera querido y no pudo evitar auto regañarse mentalmente por unos segundos.

-Lo cierto es que no llevo una cuenta.- respondió contra su mejilla -¿Pero qué importa? Esto de hoy, lo compartimos ambos.-

Su boca tranquilizadora se movió unos segundos sobre la de la rubia hasta separarse justamente cuando el ascensor plagado de vidrios paró y las puertas se abrieron, enseñando una inmensa y extraordinaria suite.

La pareja caminó dentro tomada de la mano, sin voltear cuando las puertas metálicas se cerraron tras ellos, encontrando rápidamente una inmensa cama y a un lado, Vea.

Ella siempre había sido una mujer hermosa, nadie podía negarlo. Su piel siempre bronceada, los ojos verdes gigantes y penetrantes, el cabello azabache abundante y brillante que en estos momentos le caía en cascada por los costados de su cabeza alcanzando a cubrir parte de su lencería.
No llevaba más que un conjunto de bragas y brasier que no dejaban mucho para imaginar sobre todo con todas las partes traslúcidas de aquella tela. Se alzaba además sobre unos tacones impresionantes.

-Me alegra que hayan venido.- sonrió ampliamente, enseñando una dentadura perfecta -Me alegra demasiado.-

-Estabas esperando.- exclamó Zayn, intentando no sonreír.

-Claro que estaba esperando. Estoy más que ansiosa. Quiero que te quites ese vestido.- rugió en cuanto el matrimonio estaba cerca.

-¿Así de rápido?- Perrie estaba algo anonadada, y nerviosa.

-¿A caso no es mi regalo de cumpleaños? Me gustaría saltearme el flirteo barato. Entre nosotros no es necesario, ¿cierto Z?-

-Cariño, quitate el vestido.-

La rubia no esperaba eso, menos con el tono de voz que su marido había utilizado. No pudo evitar tensarse cuando las manos masculinas estaban bajándole el cierre.
Entonces la tela dorada comenzó a deslizarse por su cuerpo hasta quedar enredada en sus pies.

-Como Dios la trajo al mundo.- musitó Vea sonriente al descubrir la completa desnudez que ese vestido había estado intentado ocultar.

Antes de que Perrie pudiera hacer algo, se encontraba en la cama, con la morena examinándola a los pies de la cama y Zayn de rodillas hundiendo el colchón detrás de su cabeza.

-Toda lisa y lampiña.- la oyó murmurar, mientras una mano indiscreta le acariciaba el vientre permitiéndose acariciar con algunos dedos juguetones el pubis limpio. -¿No te parece algo perverso tenerla como si fuera una niña?- preguntó al hombre, sin dirigirse a ella -Está muy al desnudo.-

-La hace más sensible.- respondió él, inclinándose para poder tocar con su propia mano la hendidura de su mujer y abrirla, enseñando la piel rosada y húmeda que escondía -Preciosa.- sonrió.

-Zayn Malik orgulloso de un pequeño y depilado capullo, quién diría.- se mofó por lo bajo, aún recorriendo el cuerpo femenino con las manos, ahora rodeando los firmes pechos. -¿Son de ella?-

-Cien por ciento natural.- respondió él orgulloso.

-Maldita, ojalá yo hubiera tenido esa suerte. Me salieron caras.- hizo referencia a sus pechos -Pero que pezones más pequeños y claros.- susurró, apretándolos, sacándole un siseo que disimuló lo que iba a ser un gemido. -Y por lo visto delicados.-

Enough Room For Three? |ZERRIE|Where stories live. Discover now