Capítulo 16. Parte 1.

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____ miraba a Harry mientras él dejaba que el laca­yo volviera a llenar su copa de vino por tercera vez. Sin poder encontrar la valentía para enfrentarse a él, había intentado evitarlo desde las desastrosas conversaciones que había tenido con Nick y Evangeline el día anterior. Él bebía a sorbos el vino, con la mirada misteriosa y distante. Estaba vestido en color gris paloma con un chaleco negro y un pañuelo de cuello blanco. No podía imaginarlo atendiendo a los clientes de un burdel. Sin duda, su padre no la hubiera entregado en matri­monio a un hombre así. Para su alivio, Harry parecía de­masiado preocupado como para notar su estado de agitación.

-¿Saldrás esta noche? -preguntó ____.

Harry la miró, con la copa de vino a medio camino de su boca.

-¿Por qué? ¿Hay algo que he olvidado? ¿Algún baile o musical nocturno a los que insistes en que asista contigo?

____ apoyó el tenedor.

-Puedo salir perfectamente sola. El signor Clementi me pidió que lo acompañara a la ópera, y luego planeo ir a vi­sitar a mi padre.

-Ah, he olvidado que tu padre estaba en la ciudad.

Dale mis saludos, ¿quieres? Y asegúrate de invitarlo a cenar mañana.

-Le tienes afecto, ¿no es verdad? Levantó una ceja.

-Por supuesto que sí. Me ha rescatado de una situa­ción intolerable.

-Debiste haber sentido que tu deuda era cuantiosa para contraer matrimonio conmigo.

Su mirada se agudizó.

-Te lo he dicho, tu padre me ha salvado la vida. Creo que mi deuda con él va más allá del simple dinero. ¿Por qué preguntas esto ahora? Tu padre debe haberte explicado sus razones para aceptar la unión.

____ mantenía su mirada.

-No quería que me casara ____ contigo, pero creía que no tenía elección. ¿Por qué se sentía así cuando tú dices que la deuda es tuya?

Un músculo de su mejilla se puso tenso.

-¿Qué quieres que diga, ____? ¿Que no me conside­raba un buen candidato para ti porque sabía que nunca podría hacerte feliz? ¿O preferirías creer que lo obligué a hacerla?

-¿Por qué se oponía tanto, Harry?

Se puso de pie.

-¿Por qué insistes en una respuesta, ____?

Ella también se puso de pie, con las manos cerradas en puños.

-Porque quiero comprender si me vendieron o me compraron. Sin duda puedes comprender eso.

Se puso tan pálido como el blanco radiante del cuello de su camisa.

-Si estás decidida a ponerme en el papel de villano de la obra, te he comprado, ____. He pagado las deudas de tu pa­dre y he dejado una suma de dinero considerable en tu testa­mento también.

Ella miró su rostro adusto y con desesperación intentó recuperar la calma. ¿Qué esperaba conseguir al comenzar esa ridícula conversación? Su ansiedad sobre los potenciales acontecimientos de la noche se había apoderado de su tran­quilo buen juicio habitual. Respiró con cautela.

-Lo lamento, ni siquiera estoy segura de lo que deseo que digas.

Harry se pasaba la mano por la mandíbula.

-Le hubiera prestado dinero a tu padre si me lo hu­biera pedido. Fue su elección ofrecerme a una de sus hijas. He contraído matrimonio contigo porque deseaba hacerlo. -Du­daba, con la mirada fija en ella -Nunca he intentado hacerte sentir como si fueras de mi posesión. Te pido disculpas si así es como ves nuestro matrimonio.

Ella negaba con la cabeza casi sin hablar ante sus pala­bras vacilantes. ¿Cómo era posible que lo presionara tanto cuando era tan amable con ella?

-Siempre me has permitido que sea yo misma. Tal vez no te he demostrado muy bien mi gratitud.

¿Por qué se sentía como si nunca más pudieran volver a hablar el uno con el otro? ¿Intentaba dejarla después de todo?

Él se encogió de hombros.

-No es necesario, te has convertido en todo lo que es­peraba que fueras.

-Aún deseo agradecértelo. -Se dirigió hasta él apo­yó la mano en su hombro y rozó la boca contra la suya -No salgas esta noche.

Él le sonrió, con la expresión teñida de tristeza.

-Tú eres la que tiene planes, querida. Y me temo que ya es demasiado tarde para comunicarte con el signor Clementi y arruinar su velada.

Dejó caer la mano a un lado y esbozó una sonrisa forzada. -Podrías venir conmigo.

Harry sintió un exquisito escalofrío.

-Preferiría no oír a ningún cantante de ópera aullan­do esta noche. Es muy probable que salga con Nick. -Le pal­meó el brazo -No me esperes despierta. -Se inclinó para besarla con firmeza en la boca. Antes de que ella pudiera responderle, se marchó.

Cuando la puerta se cerró tras él, resistió el deseo de gritar y decirle que tuviera cuidado, que había comenzado a amarle y que era algo demasiado preciado para perderlo. En cambio, volvió a sentarse sin una lágrima hasta que el lacayo comenzó a limpiar la mesa del comedor a su alrededor.

¿Qué sentía sobre la posibilidad de que Harry amara a un hombre de manera física? Nunca había visto a dos hom­bres comportarse de esa manera. En sus conversaciones con Nick, había percibido que su sexualidad era tan compleja como la de Harry. Eso no la había hecho sentir incómoda ni amenazada. Por otra parte, nunca antes había imaginado las profundidades sexuales que ella misma exploraría junto a Harry. Estaba segura de que la respuesta se encontraba en casa de la señora Helene.

Apoyó la copa de vino con un golpe. Era hora de dejar de esconderse y enfrentarse a sus demonios, sean cuales fue­ran. Al menos Harry le había dado la seguridad en sí misma para hacerlo. Se marcharía temprano de la ópera y toma­ría un coche de alquiler hasta la casa de la señora Helene. Si Evangeline tenía razón, el señor Aliabad esperaba encontrarse con Harry y Nick allí. En lugar de provocar la ira de Harry con sus preguntas, quizá solo debería descubrir qué su­cedía por sí misma.

Esclavos del sexo. [Harry Styles] {MUY HOT} |TERMINADA|Where stories live. Discover now