Capítulo 17: Último día de campamento

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Había amanecido pronto y el final del campamento llego.

Hoy último día tenia una agenda ocupada. Luego del desayuno una predica, después del almuerzo una conferencia, un concierto en la tarde y en la noche regresaríamos a casa.

Yo, desde que me levante he estado organizando la maleta, no quiero que se me quede algo.

La predica de la mañana estuvo muy buena, me animo bastante. Y ahora la hora del almuerzo había llegado. Fui con Ana, Camila y Brenda al comedor, allí se nos unió Felipe y un amigo suyo llamado Eric. El comedor al ser muy espacioso tenía muchas mesas, nosotros estábamos en la del centro.

Justo en la mesa de al lado pude ver a Anderson con sus amigos, Él me descubrió mirándolo y me saludó a lo que yo le correspondí  tímidamente, luego me centre en mi comida, pero me sentía incomoda. Primero porque el chico Eric no me quitaba la mirada de encima y segundo me sentía intranquila, como si algo no estuviera bien.

Mire afuera del comedor y vi que habían unas cuantas mesas allí, rodeadas por hierba y flores. Una de ellas estaba vacía.

-Tengo que ir a hacer unas llamadas-dije poniéndome de pie.

-Pero estas comiendo-intervino Ana.

-Terminare allí-dije señalando la mesa de afuera.

-Nos vemos luego, adiós-dije en general

-Adiós-respondieron todos

-Cuídate-dijo Felipe

Asentí y Salí de prisa hasta llegar a la mesa vacía. Me senté y saque mi móvil.

Llamé a mamá primero.

-Hola mami-saludé

-¡HIJA!- exclamó ella emocionada-por fin te acuerdas de nosotros-dijo ella sorprendida

-Siempre me acuerdo de ustedes, solo que no había tenido tiempo de llamarlos últimamente-dije

-Ah, ya ¿y cómo vas? ¿Has comido bien? ¿Has aprendido? ¿Has disfrutado?-preguntó ella apresuradamente

-Si madre, voy bien, si he comido bien,  he disfrutado y he aprendido mucho-dije respondiendo a cada una de sus preguntas.

-¿y cómo están todos?- pregunté

-Oh, muy bien hija, te extrañamos mucho-

-Me alegro, yo también los extraño, pero ya hoy regresamos a casa, prácticamente se ha acabado el campamento-le informe

-Entonces nos veremos pronto cariño-dijo ella feliz

-Así es, bueno mami te dejo, debo terminar mi almuerzo-dije despidiéndome

-está bien, adiós hija-

-Adiós- dije finalizando la llamada

En casa todos estaban bien, pero la intranquilidad no se iba, me faltaba hacer algo, como si me hubiera olvidado de algo importante. Escudriñe mi mente, analizando bien todo para ver que me faltaba.

Y ahí caí en cuenta.

No había vuelto a llamar a Támara.

Me termine mi almuerzo rápidamente y tome nuevamente mi móvil y la llamé.

El sol comenzaba a mostrar su potente luz y  alumbraba las mesas de afuera y por consecuencia a mí, iba a broncearme.

-¿hola?-respondió Tamara

-hola tam, ¿Cómo estás?-saludé

-Hola Dana, muy bien- respondió ella un poco desanimada-¿y tu?-

-Bien, pronto regresare a casa, el campamento termina hoy-

-Oh, qué bien te estaré esperando-

-Tam... ¿seguro que estas bien?- pregunté ya que la notaba un poco triste.

-En realidad no, hace poco paso algo que me afecto, pero ya paso, ahora estoy bien, gracias a Dylan-confesó ella

-¿Y que paso?-pregunté alarmada

-Digamos que casi fui violada mientras entraba a la casa-dijo ella en tono triste

-¡Dios mío!-exclame aterrada llamando la atención de algunos de mis compañeros

-Pero no te preocupes, estoy bien-se apresuró a decir ella

-Bueno me alegro de que te encuentres bien-dije con sinceridad

-Sí-

-Cuando regrese a casa estaré más pendiente de ti-dije- sé que también cuentas con Clara y Dylan ellos son un gran apoyo para ti-

-Gracias, y si ellos son de gran ayuda-respondió ella

-Entonces hablamos pronto,adiós-dije

-Adiós-dijo ella y luego finalicé la llamada

Támara estaba triste, deprimida tal vez, y eso me hacía sentir mal, lo que le había sucedido durante toda su vida ya era demasiado, aunque aún no sabía que le había ocurrido, tenía la certeza de que había sido algo grave. Me sentía impotente frente a la situación, pero mantenía la esperanza de que todo mejoraría, Dios puede cambiar su vida, pero ella debe dar el primer paso.

Sin darme cuenta unas lágrimas salieron de mis ojos, cayendo por mis mejillas.

-¡Hola!-saludó un muy sonriente Anderson a quien se le borró por completo la sonrisa en cuanto vio mi rostro.

-Hola-saludé con tristeza mientras limpiaba mis lágrimas

-¿Qué te paso?-preguntó él

-Nada, solo pensaba-dije

-¿Puedo sentarme?-

-Sí, claro-

-¿En qué pensabas?-inquirió él-debió ser algo triste-añadió

-Algo así, pero sé que tendrá solución-

-Me alegro, y si puedo ayudarte en algo, solo tienes que decirme-

-Gracias-respondí con una leve sonrisa

Nos quedamos hablando un rato más bajo las intensas miradas de Felipe desde la otra mesa, él y su extrema protección conmigo. El resto de la tarde se fue muy rápido y ya nos encontrábamos todos listos para regresar a casa.

Eran aproximadamente las 7:00 pm cuando salimos del campamento.

Y luego de unas horas de camino estaría en casa, de nuevo.

Salvando una VidaWhere stories live. Discover now