Capitulo 23: Heridas curadas

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NARRA TAMARA

Ya había pasado un mes desde que fui a la iglesia por primera vez, desde ese día mi vida comenzó a cambiar, ya no sentía tanto dolor, no estaba tan deprimida como antes y ahora tenía una relación con Dios.

Podía sentir como el curaba cada una de mis heridas, las que por años y años me aterrorizaron hoy se convertían solo en cicatrices.

Ahora cada fin de semana iba a la iglesia con Dana, Clara y Dylan, pero no solo eso, también leía la biblia en mi casa, aunque casi siempre le tenía que pedir explicaciones a algunos de mis amigos ya que no entendía unas cosas. Comencé a orar diariamente, eso se siente tan bien, saber que puedo hablar con Dios y contarle todo lo que me ocurre diariamente me da tranquilidad. Cada día lo conozco más y me enamoro más de él. Me doy cuenta de la manera en la que me ha ayudado, poniendo a ciertas personas en mi camino y guiándome hacia él.

Hoy le agradezco por todo lo que ha hecho por mí, me ha restaurado, me ha mostrado que hay un propósito especial con mi vida, el cual aunque no tengo idea en que consiste, sé que será algo grande.

Me encontraba en el sofá, tan cómoda que no quería ni moverme entre mis manos tenía mi "Diario de dolor" y pensaba que tal vez tenía que cambiarle el nombre a ese diario y mostrar como Dios puede cambiar y salvar vidas.

Escuche que la puerta se abrió y alguien entro, de seguro Dylan, porque Clara ya había llegado y estaba arriba en la habitación descansando un poco.

-Hola-saludó Dylan entrando en la sala.

-Hola- respondí

-¿Ya comiste?-le pregunté

-No, aun no- 

-Ven, hice lasaña-dije levantándome y yendo a la cocina.

-Oh, qué bien-respondió el feliz y me siguió.

Metí tres pedazos de lasaña al microondas pues ya se había enfriado y aliste los platos y los vasos para el jugo.

-¿En qué te ayudo?-preguntó Dylan a mi lado.

-En nada, tengo todo bajo control, solo ve y siéntate-dije

-¿Segura? Me siento mal si no ayudo-dijo el poniendo carita triste, se veía tan tierno

Solté una leve risita

-Entonces puedes pasarme los cubiertos-dije

-Si señorita-respondió 

Negué con la cabeza divertida y fui a sacar la lasaña del microondas y comencé a servirla.

-Se ve delicioso- comentó Dylan observando su plato y sentándose en el comedor

Deje mi comida en el comedor, tome una bandeja y puse la comida de clara allí y se la subí.

-Clara te traje la comida- dije suavemente

-Oh, gracias Tam, moría de hambre-dijo ella estregándose los ojos si que se veía cansada 

-Con gusto- dije, le entregue la bandeja y baje a comer.

-Ahora si- hablé sentándome en el comedor frente a Dylan

-Solo faltan las venas y sería una perfecta cena romántica-comentó él

-Creo que las olvide-dije riendo por sus ocurrencias

-Cocinas delicioso-dijo

-Gracias-

-Cuando te cases tu esposo estará feliz con tus comidas-comentó Dylan mirándome

-Eso espero-dije mientras disfrutaba de mi comida.

Pero sentía su mirada  en mí.

-Ya deja de mirarme-dije sintiendo que me sonrojaba

-Creo que no podre dejar de hacerlo-respondió fijando mucho mas su mirada en mi

-¿Por qué?- pregunté curiosa

-Porque eres una mujer maravillosa-respondió el directamente

-wow, pues... gracias-dije nerviosa

El sonrió y ahora si desvió su mirada de nuevo a la comida

Dylan siempre era así, tan bromista y directo, pero también sincero y respetuoso, no dejaba de pensar en sus constantes comentarios y halagos y eso hacia que me interesara más en el con el pasar de los días.

N/A

Gracias a quienes han estado leyendo la historia sobretodo a yula120,  muchas  gracias amiga por leer mi historia.

¡bendiciones!

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