Capitulo 18: Un poco enferma

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NARRA TAMARA

Hoy había amanecido enferma, realmente enferma.La gripe me tenía con un desaliento total, estornudando a cada minuto y con la nariz roja. En resumen un desastre.

La Señora Martínez me había dado el día libre al verme en estas condiciones.

Clara y Dylan estaban en la universidad, por lo tanto estaba sola, pero no por mucho tiempo, Dana me había llamado, al saber mi estado me dijo que vendría, ya que no tenía más clases hoy.

Aproximadamente al medio día llegó.

-Hola-saludó ella

-Hola-respondí

-Realmente te vez mal-Comentó 

-Lo sé-dije mientras tomaba un pañuelo y me limpiaba la nariz

Nos sentamos en la sala y conversamos un poco. Hasta que tiempo después se puso en pie y se dirigió a la cocina, a preparar un remedio casero para la gripe. El cual me fue entregado una vez  estuvo listo.

-Esto te ayudará-dijo ella ofreciéndome una taza caliente con algo que no sabía que era pero olía a menta y algo dulce.

Tomé un poco, no sabía tan mal y me hacía sentir mejor.

-Gracias-

-Para eso estoy-respondió ella con una sonrisa.

El resto del día nos lo pasamos viendo algunas películas y conversando un poco sobre nuestras vidas,  Dana me contó sobre su campamento y lo bueno que estuvo, me contó que tenía muchos trabajos pendientes de la universidad, en general una vida normal.

Pero cuando ella me hablaba sobre Dios o su iglesia, algo en ella era diferente, la alegría que irradiaba al hablar de ello, es simplemente única, como si se sintiera completa, como si solo con eso fuera feliz.

-Se nota, que eres feliz hablando de Jesús-me atreví a decirle.

-Lo soy-respondió ella mirándome- lo mejor que me pudo pasar en la vida fue haber conocido a Jesús y dejarle entrar a mi vida-dijo  sonriendo.

Y yo me preguntaba ¿Qué se sentiría tener esa felicidad?

¿Dios realmente podía hacer feliz a alguien? Porque si es así yo lo quiero, yo también quiero ser feliz. Dana lo es. Ella es feliz, es servicial y humilde, hoy en día es difícil encontrar a alguien así.

Estornude un par de veces nuevamente. Y volví a sumergirme en mis pensamientos.

¿Acaso Dios podía ayudarme? Me pregunté

Solo había una forma de averiguarlo.

-Quiero ir a tu iglesia- le dije inesperadamente a Dana quien se encontraba sumergida en la película, hasta que le hable.

-¿Cómo?-preguntó sorprendida

-Creo que me gustaría ver de qué se trata y conocer lo que hacen en tu iglesia-dije

-Claro... me alegro que estés dispuesta a ir, ¿puedes el sábado?-

-¿Sábado?-pregunté algo confundida

-Sí, es que los sábados es la reunión de jóvenes, así que es más... como decirlo... más especial-dijo ella

-Si, por mi está bien-dije a lo que mi amiga celebro con un gran ¡si, que bien!

Continuamos viendo la película hasta que se hizo de noche y llegaron clara y Dylan.

-Hola chicas-saludó Clara entrando en la sala, le respondimos.

-Hola- dijo Dylan un poco después

-Hola- respondimos todas

-¿Aun estas enferma?- preguntó Clara

-Sí, un poco-respondí

-¿Solo un poco?-inquirió Dylan

-Sí, solo un poco enferma-dije y luego estornude cuatro veces

-¡Claro!-dijo Dylan sarcásticamente

A lo que todos soltamos una carcajada

-Mañana estarás mejor-animó Dana

-Eso espero-

-Solo ten fe-añadió clara  y yo asentí

-Oraremos para que te pongas mejor-añadió Dana a lo que todos asintieron

-Bueno, en casa deben estar esperándome, así que ya me voy-dijo Dana

 -Gracias por todo-dije

-De nada-respondió ella

-Adiós chicos- añadió

-Adiós- respondieron Clara y Dylan al unísono.

Luego se despidió de mí y se fue. Haciéndome prometerle que la llamaría si necesitaba algo. Parecía una madre preocupada cuando lo dijo.

Después me fui a dormir, era lo que más necesitaba en estos momentos, descansar manteniendo la esperanza de que mañana amanecería mucho mejor.

Salvando una VidaWhere stories live. Discover now