Capitulo 20: Bienvenida

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Hoy era sábado.

Había quedado de ir a la iglesia con Dana. Así que aquí me encontraba yo al lado de un gran y bonito auditorio.

-¿Lista?-preguntó Dana

-Si-respondí un poco nerviosa.

En la gran entrada había dos personas con gigantescas sonrisas en sus rostros

-Hola, bienvenida-saludó una mujer extendiendo su mano, la cual tome educadamente

-Gracias-dije entrando

Dana iba detrás de mí. Me quede impresionada al ver el lugar.

Había un gran escenario, con muchos instrumentos musicales, luces y pantallas. El lugar era muy amplio, había muchas sillas, muy cómodas sin duda, ya que parecían sillas de oficina.

-Será mejor que nos sentemos, pronto van a empezar-dijo Dana a mi lado

Asentí. Tomamos asiento en la segunda fila, quedando cerca al escenario. Poco después comenzaron a cantar. Las canciones eran bastante movidas y alegres, muchos jóvenes saltaban y cantaban. Era un ambiente muy diferente, todos reflejando felicidad, yo anhelo esa felicidad.

Media hora después la música terminó.

-¡dale un fuerte aplauso al rey!-dijo una de las cantantes a lo que inmediatamente todos aplaudieron fuertemente.

Poco después se subió un hombre al escenario y comenzó a hablar

-Bienvenidos, hoy es día especial para todos, hoy no estás aquí por casualidad o porque alguien te trajo, hoy estas aquí porque Dios te ama y quiere estar contigo, el desea tener un relación contigo- dijo el

-él es el pastor de jóvenes- me explicó Dana

Asentí

-él quiere entrar en tu corazón, quiere guiar tu vida, el murió por todo nosotros para salvarnos, si hay alguien que ha venido hoy por primera vez y quiere recibir a Jesús en su corazón, haga conmigo esta oración de fe, porque como dice romanos 10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el señor y creyeres en tu corazón que, Dios le levanto de los muertos, serás salvo- continuo el pastor

-¿Quieres recibir a Jesús?-me preguntó Dana

-Sí, solo espero que él pueda ayudarme-respondí

-Claro que sí, para el nada es imposible-dijo Dana esbozando una gran sonrisa

Hicimos una pequeña oración guiada por el pastor, Dana colocó una mano en mi hombro y oró por mí.

Yo jamás había orado, esta era la primera vez que lo hacía y se sentía bien.

Dana me dijo que era importante tener claro que no es la oración la que salva, sino Jesús.

-¿Cómo te sentiste?-preguntó Dana al terminarse todo

-Muy bien, es muy agradable estar aquí, creo que todos me hacen sentir bienvenida-dije

-Me alegro que te guste, aquí las personas son muy serviciales-respondió Dana

-Solo espero que las cosas puedan cambiar, quiero dejar de sentir dolor y miedo por lo que he vivido ¿Por qué Dana? ¿Por qué tuve que vivir todo eso?-

-Tam es difícil de entender lo que nos sucede, más cuando son cosas terribles, pero como notarás, el mundo es un lugar lleno de maldad, Dios nos hizo seres libres, podemos tomar nuestras propias decisiones, algunos deciden hacer el mal, hay guerras, muerte, etc. Todo a causa de nuestro pecado, pero Jesús pago el precio, el murió por nosotros, para que fuésemos salvos, él se sacrificó. Hay momentos difíciles, cosas que tal vez no se pueden evitar. Dios conoce todo lo que nos pasa, el siente nuestro dolor y llora con nosotros-dijo Dana

Si ese Jesús había dado su vida por mí, era porque realmente me amaba, no cualquiera entrega su vida por ti.

-Gracias, creo que poco a poco voy entendiendo-dije abrazándola

-Veras que con el tiempo Jesús curará tus heridas y te dará felicidad, cada día conocerás más de él y si tienes dudas o preguntas sabes que puedes decirme y yo te diré lo que necesites saber-dijo ella

-Esta bien-dije cortando el abrazo

Salimos de la iglesia al terminarse la reunión y yo con seguridad volvería a este lugar.


Salvando una VidaWhere stories live. Discover now