Capitulo 28: Descubriendo la verdad parte 2

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A la mañana siguiente me levante rápidamente, me organice, desayune y me fui a la universidad, menos mal hoy era viernes y tenía pocas clases. En la universidad me distraje bastante. Me concentre en cada clase y evite pensar en lo que había ocurrido ayer.

Al salir de clases no sabía a donde ir, no quería regresar a casa, no tan pronto, además temía encontrarme con Amanda al llegar.

Tal vez solo necesitaba más tiempo para pensar en las cosas. Tome mi celular y comencé a mirar los contactos, buscando a alguien que me pudiera dar un consejo frente a esta situación, y allí entre todos los números de mis amigos estaba el de Dana. Decidí llamarla a ella, con la esperanza de que no estuviera ocupada, ella da buenos consejos.

Marque su número, al tercer timbrazo respondió.

-Hola ¿Cómo estás?-saludó ella-

-Hola, pues no muy bien ¿y tú?-

-Yo bien, pero ¿Qué te paso?-preguntó ella preocupada

-Es una larga historia y creo que necesito ayuda-dije

-Si quieres puedes venir a mi casa y me cuentas-propuso ella

-Está bien-dije-¿tus padres están en casa?-añadí

-Sí, sino no te hubiera invitado-dijo ella con una risita

-Okey, entonces allá nos vemos-dije

-Sí, te espero-respondió ella

Nos despedimos y finalice la llamada, luego fui por mi moto. No tarde mucho en llegar a la casa de Dana.

Parquee la moto, me baje y toquÉ el timbre.

Esta vez me abrió su pequeño hermano.

-Hola amigo-saludé

-Hola ¿vienes a ver a mi hermana?-preguntó 

-Sí, así es-respondí

-Bueno, pasa-

-Gracias-

Entre a la casa y vi que Dana ya venía bajando las escaleras.

-Hola-saludo ella

-Hola-

-Ven siéntate, me tienes preocupada-dijo ella guiándome a la sala de estar.

Me senté en el sofá y ella se sentó a mi lado. Y justo cuando iba a empezar a contarle todo la madre de Dana entra en la sala.

-Hola señora Rosa-saludé

-Hola Anderson ¿Cómo has estado?-

-Bien gracias a Dios-respondí

-Me alegro, estaré en la cocina, por si necesitan algo-anuncio y luego se retiro

-Ahora sí, cuéntame-dijo Dana

Comencé a relatar todo lo sucedido con Amanda.

Ella se sorprendió bastante con todo lo que le dije pero me animo y me dio palabras de aliento.

Ella como siempre tan optimista y buscando una solución para todo, su alegría y paciencia destacaban en su forma de ser. Eso es lo que me gusta de ella o tal vez... me empieza a gustar ella.

Recuerdo la primera vez que nos vimos, cuando la encontré tan indefensa y herida en medio del bosque y tuve que cargarla todo el camino de regreso al campamento. Aunque claro a mí no me disgusto la idea de llevarla en mis brazos.

-Ya se lo que tenemos que hacer- anuncio ella sacándome de mis pensamientos.

-Tenemos que comenzar a investigar-añadió

-Sí, hay que hacerlo-dije

-Y no te preocupes, todo saldrá bien-dijo ella

Sonreí, ella siempre me hacia sonreír.

Luego de eso la madre de Dana me invito a cenar, no me negué a eso, la verdad tenía mucha hambre así que agradecí la invitación.

Después de cenar y quedarme unos diez minutos más conversando con Dana me fui a casa.

Al menos me sentía un poco mejor, ya que Dana prometió ayudarme, aunque sé que encontrar a mis padres no será nada fácil.

Salvando una VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora