Cuenta la leyenda que existe un hilo rojo invisible que conecta a aquellos que, están destinados a encontrarse a pesar del tiempo, el lugar, a pesar de las circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca podrá romperse.
¿Y UST...
AGRADEZCO ENORMEMENTE A QUIEN HIZO POSIBLE ESTA PORTADA QUE ES PRECIOSA Y TAMBIÉN EL ARTÍCULO QUE COMPARTÍ CON USTEDES AYER. MUCHAS GRACIAS POR ESTOS COVERS COMO SIEMPRE LOS VALORO Y LOS AGRADEZCO CON EL CORAZÓN. ADORO SUS MUESTRAS DE CARIÑO Y ESPERO QUE DISFRUTEN MUCHO DE LA LECTURA.
"Un momento de desconfianza puede hacer que tu vida cambie para siempre. No juzgues sin saber el trasfondo que se esconde en toda realidad".
-Su Escritora
**CANCIÓN SUGERIDA: "Let Me Love You- Mario"
TOKYO, JAPÓN
HOTEL MANDARIN ORIENTAL:
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—Pensé que te sentías mal—dijo Camila riendo mientras sentía como Lauren lentamente se ponía sobre ella en la cama. Las dos estaban perfectamente arregladas después de su almuerzo con Sabrina. Lauren sonrió pegando su frente a Camila y suspirando mientras trataba de quitarse su abrigo.
—Moría por estar así contigo—dijo Lauren besándola dulcemente y acomodándose a su lado para que Camila la abrazara. Camila sonrió acariciándole el cabello y dándole besos en la frente—Además tengo hambre—dijo Lauren con una mueca y Camila sonrió.
—Pero acabamos de comer con Sabrina, y comiste muy bien—Camila le besó la punta de la nariz y Lauren suspiró.
—Quería helado—dijo Lauren con tristeza y Camila sonrió. Cada día que pasaba Lauren le parecía más adorable, era la novia perfecta. Su forma de cuidarla, de tomarle la mano al caminar. La forma en que sostenía la puerta para ella y la veía con anhelo mientras comían.
Camila no había parado de sonreír de ver la interacción que habían tenido Lauren y su hermana durante la comida. Las dos parecían llevarse bien y a Camila le encantaba su descubierta química. Era lindo ver a Lauren feliz después de todo, y dándose la oportunidad de ir conociendo a su hermana. Eran sin duda una sorpresa maravillosa que estuvieran en el mismo lugar, en el mismo país, sin duda una obra del destino.
—No puedes comer helado por el momento—susurró Camila—. Buscaremos uno sin azúcar después de unos días—Lauren la vio.
—¿Por qué no ordenaste tú el de chocolate? Yo sé que querías —Camila le acarició la mejilla.
—Porque vamos a hacer esto juntas y no se me hace justo comer algo que tú no puedes—Lauren la vio con sus ojos brillantes—. Además voy a comer mi postre justo ahora.
—¿Vas a ordenar algo? —preguntó Lauren y Camila sonrió viéndola seductoramente—. Oh, mierda—dijo Lauren al entender y sonrió mientras Camila se subía sobre ella.
—Voy a hacerle el amor a mi novia—dijo Camila y Lauren le acarició la espalda con una sonrisa—. Hay una promesa que me hiciste antes de irte anoche—susurró Camila contra sus labios—. Quiero que la cumplas.
