08

3K 255 5
                                    

Despierto y siento unas caricias en mi espalda, inmediatamente un olor que conozco perfectamente invade mis fosas nasales, sonrío inconscientemente y abro mis ojos, lo primero que veo es una barba, después una sonrisa y por ultimo esos ojos  verdosos mirándome. Doy un beso en su pecho y suspiro, feliz. 

Vuelvo a sentir unas caricias pero ahora parten de mi rodilla y suben hasta mi entrepierna, mi cuerpo se tensa. Ya no estoy más en el pecho de Jeffrey, estoy en mi casa, en mi habitación... y alguien me esta tocando. El miedo invade mi cuerpo y abro los ojos, veo a ese hijo de puta casi encima de mi, cierro mis ojos y él rie. 

-- oh vamos dulce niña -deja la botella de whisky en el piso y vuelve a tocarme las piernas.- Abre tus dulces piernas, vamos a disfrutar -intento sentarme pero el con su otra mano toma de mi cuello y me tira de nuevo al colchón, su otra mano se mete  debajo de mis bragas y comienzo a llorar, no, no me puede estar pasando a mi esto, tiene que ser una pesadilla, por favor, que sea una pesadilla.- Oh vamos dulzura, quiero disfrutar de tu lindo coño, quiero que grites mi nombre, como tu madre... aquella zorra lo hacía -forcejeo un poco más y el me libera el cuello, ahora puedo respirar, intento arañar su cara con mis uñas pero nada hace que él me suelte, cómo puedo levanto mi rodilla y le doy justo en la entrepierna. Él cae a un lado y yo me levanto como puedo, me duele todo casi que no puedo caminar, agarro mi celular y veo como el vuelve a levantarse, agradezco que este extremadamente borracho, casi no puede andar, salgo corriendo de mi habitación y corro hacía la puerta principal, está trancada. Maldigo mentalmente la mala suerte que tengo, escucho sus pasos en las escalera y mi corazón sube a mi garganta, piensa, vamos Cassandra, piensa... veo la ventana y como no me queda otra rompo el vidrio con mi brazo y salgo hacia afuera. 

Sin importar el dolor en mi cara, o en el hombro, o el dolor insoportable que siento en las costillas corro como si me persiguieran lobos, no sé, se que él no me siguió pero quiero alejarme lo máximo posible, que por ninguna casualidad de la vida me lo vaya a cruzar. 

Mis pulmones empiezan a arder, por la falta de aire y siento mis piernas flaquear, eso te pasa por no hacer ejercicio, dice mi conciencia y yo sacudo mi cabeza eliminando esos pensamientos. Veo un solitario parque a una cuadra de distancia y arrastro mis pies hasta allí, después de sentarme bajo un arbol, intento concentrarme, sigo agitada y con él corazón en la boca, pero necesito pensar. Miro la hora y  veo que son las 3 am, con razón las calles están tan solitarias. 

Limpio como puedo mis lágrimas, pero es imposible frenarlas. Quiero desaparecer, quiero llorar hasta que no me queden más lagrimas, hasta que deje de existir. Vuelvo a ver mi celular y como si mis dedos tuvieran vida propia, discan un número que yo s emuy bien de quien es. Me llevo el teléfono a la oreja y escucho un pitido, dos pitidos, tres pitidos, 4 pitidos; debe estar durmiendo, cuando voy a cortar la llamada, escucho su voz.

-- ho-la, hola Cassandra? -pregunto medio adormilado y yo me maldigo por haberlo despertado.- 

-- Si soy yo -un sollozo involuntario sale de mi boca- Necesito tu ayuda -escucho algunos ruidos y una puerta cerrarse.-

-- Donde estas? te voy a buscar ahora -muerdo mi dedo indice para no llorar.- Cass... dime donde estas por favor! 

-- En el parque... -miro a mi alrededor.- Enfrente a la universidad de... 

-- Ya se donde es, no te muevas -me interrumpe y cuelgo la llamada, Dios mio, que hice.- 

Savior [Jeffrey Dean Morgan]Where stories live. Discover now