Savior [Jeffrey Dean Morgan]

Epílogo

1 año después... 

El viento fuerte sacude mi cabello llevandolo a todas las direcciones, más de una vez intento arreglarme pero es imposible. Cuando llegue a casa dudo que consiga desenredar. 

La arena se siente tan suave, y el mar, se oye tan hermoso. Jeffrey camina delante de mi y tira suavemente, seguramente la persona que nos vea encuentre tan extraño esta situación: yo de bikini y él vestido y de botas. Si, creo que estamos locos. 

Me gusta venir a la playa, y más ahora que esta haciendo algo de calor. El invierno, sumado a mi enfermedad me dejó mas pálida aun, y como no quiero andar maquillada 24/7, decidí venir a la playa a tomar sol. 

Veo a Jeffrey parar y casi choco con su espalda, suelto una risita y el se gira, tiene una amplia sonrisa. Diablos, se ve demasiado bien. 

-- ¿Aqui esta bien? -yo asiento y tiro la toalla en el piso para después acostarme boca abajo.-  Diablos, hace 5 minutos que llegamos y ya estoy muriendo de celos de que estos tipo te miren... 

-- Ajam... -lo veo sentarse y me acomodo dejando mi cabeza sobre su pierna, cierro mis ojos y borro cualquier pensamiento de mi cabeza, me concentro en el ruido del mar y las caricias de Jeffrey en mi cabello.- 

-- Nena... -abro mis ojos y lo primero que veo son un par de botas, me siento sobre la arena y miro a Jeffrey.- Te dormiste -se encoje de hombros.- Tenemos que irnos, esta fresco. 

-- Mierda... -me levanto y me coloco mi short y una camiseta de una banda aleatoria.- ¿Podemos quedarnos un rato más? El cielo está hermoso 

-- Esta bien -estira su mano y cuando la tomo, el tira de mi hasta que caigo sentada en su regazo. Sus brazos me rodean y yo apoyo mi cabeza en su hombro. Siento su pecho subir y bajar suavemente en mi espalda.- Estas hermosa...

-- Gracias -mis mejillas se tiñen de rojo, desde que descubrí que estaba enferma él no dejó de decirme cosas así, y ya pasado un año, no puedo acostumbrarme. Escucho su risa y segundos después su nariz roza mi cuello y mi cuerpo se eriza.-

-- Me encanta cuando te pones tímida -susurra.- ...o que te erices toda cuando toco tus puntos débiles... 

-- Jeff...

-- Eres una dulzura -yo sonrío y acaricio sus manos sobre mi cadera.- 

-- Tu barba me hace cosquillas... -el rie.- Esta demasiado grande...

-- Cuando me afeite te quejaste, ahora que no me afeito te quejas... -yo rio y el besa mi cuello.- No te entiendo cariño. 

-- Te ves bien con o sin barba -me encojo de hombros- 

-- Mhmm...

-- Deja de hacerme cosquillas -carcajeo e intento zafarme de su agarre, pero solo hace que me mueva sobre su pelvis haciendo que el suelte un jadeo.- Lo siento... -digo entre risas.-

-- Ahora tendré la polla dura -lo ve rodar los ojos pero aun así no borra su sonrisa.- 

-- Podemos solucionar eso... -miro hacia arriba y el besa mi boca, al estar en una posición rara sus labios capturan solo mi labio inferior, el lo succiona suavemente y yo suspiro.- en casa. 

El asiente y vuelve a enterrar su cara en mi cuello, yo observo el atardecer hermoso que se forma delante de nosotros. A pesar de todo me siento muy bien, hago un tratamiento y tomo medicamentos. Él no sale de encima de mi, es demasiado atento, estoy tan agradecida de haber aceptado aquel trabajo como maquilladora del cast de The Walking Dead. Gracias a eso lo conocí. 

Eso me lleva a que todo pasó por un motivo, la enfermedad de mamá me llevó a buscar un trabajo, después su muerte fue un impulso para salir de mi casa. Para buscar otra persona en quien confiar. Y ahí es donde entró Jeffrey Dean Morgan, estoy segura que esto estaba escrito. 

Tanto dolor me llevó a conocer la mejor medicina jamás hecha, el amor. El amor por un hombre que es un angel. 

Porque eso es lo que es, un angel, que me sacó de la oscuridad, llegó e ilumino todo. Borro mi sufrimiento. Me salvó. Es mi salvador. 

-- Hey -su voz hace que salga de mis pensamientos y veo como el toma mi mano y desliza un anillo por mi dedo anular. Mi cuerpo se tensa y siento como el acerca su boca a mi oido.- Cásate conmigo, prometo hacerte feliz... te daré todo lo que desees. 

-- Ya me haces feliz, Jeffrey -mis ojos se llenan de lágrimas y el me mueve de modo que quedo sentada de lado sobre el. Tomo su rostro con mis manos y asiento.- 

-- Soy tan afortunado en tenerte... -no lo dejo terminar y estampo mis labios con los suyos, mi futuro esposo me abraza y yo siento mi cuerpo elevarse a las nubes.- 

Estoy tocando el cielo.