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Tomo una rosa blanca en la entrada y hago mi camino, aunque paso una semana ya me lo sé de memoria. Jeffrey me sigue a unos pasos atras, yo paro y el también lo hace. Levanto mi pierna y me apoyo en su brazo, me saco uno de los tacones y repito con el otro.

-- ¿Estas bien? -le pregunto, esta tenso y pálido- Si quieres puedes esperar en el auto...

-- No... digo, ¿no te da un poco de miedo venir a un cementerio sola, niña? -me mira y yo estallo en carcajadas, tiene miedo.-

-- ¿Tienes miedo? -le pregunto divertida y el me mira como si dijera algo obvio.-

-- ¿Que ser humano no tendría miedo? -mira alrededor.- tengo los pelos del cul... -coloco mi dedo en sus labios callándolo, cuando siento su aliento chocar contra mi piel y retiro mi dedo. Los efectos del alcohol están haciéndose presentes, ¿por qué tome tanto vino?.-

-- No digas cosas como esas aca. -susurro y sigo mi caminata.-

Cuando llego hasta la tumba esperada, y deposito la rosa allí, juntos con las otras 12. Doce días. Doce días desde que estoy sola en este mundo.

-- Hola mamá -susurro y observo como Jeffrey esta parado a unos metros de mí, dándome espacio.- Hoy es mi cumpleaños... definitivamente no podía irme a dormir sin venir a verte. -las lagrimas bajan por mi mejillas hasta caer por mi mandíbula.- te extraño muchísimo... te necesito junto a mi, necesito que alguien me proteja... -acaricio con la punta de mis dedos su nombre.- Hace unos días me paso algo terrible y tu no estabas... deje nuestra casa, por aquel hijo de puta...

-- Dentro de 15 minutos vamos a cerrar, tienen que retirarse -dice un guardia desde uno de los corredores del cementerio y yo asiento.-

-- Santo cielo, que susto! -comenta Jeffrey y yo sin querer sonrío, maldita sea, siempre consigue sacarme una sonrisa.- Creo que te esperare en la puerta -me dice y yo le hago una señal de que espere.-

-- Esperame, ya estoy terminando -le digo y veo que el asiente- Bueno mama... tengo que irme, pronto volveré a visitarte, ahora se me complica porque estoy un poco mas lejos y estoy sin dinero -susurro- Aunque... recuerdas del tipo que te hable... bueno te lo presento, me esta ayudando... es como un angel, mi angel. -vuelvo a sollozar y me levanto, no puedo seguir aqui.- Adiós.

Deposito un beso sobre la tumba y me levanto, tomo mis tacones y suspiro, al darme vuelta él me mira serio. No puedo, no puedo aguantarme más. Necesito sacar todo esto de dentro de mi, y creo que no existe persona más correcta para oirlo que Jeffrey. El abre sus brazos y yo como una niña corro hacia ellos, me hundo en su pecho y sus brazos me aprietan, yo hago lo mismo y me libero, lloro todo lo que puedo allí. Me sorprendo un poco cuando el me levanta, enredo mis piernas en su cintura, el dolor en mi pecho no me deja pensar en la comprometida situación que nos encontramos.

Llegamos a la habitación del hotel en total silencio, mis lágrimas habían parado y ahora me encontraba sumida en mis pensamientos, agradezco que él no me pregunte nada. Dios, este hombre es un sol, me cuida como si fuera su hija y me respeta como si fuera alguien muy importante para él.

Cuando entro al dormitorio me sorprendo verlo allí, tiene una camiseta blanca y unos pantalones de pijamas. Ya se lo que viene, él necesita una explicación. Se merece una explicación.

-- Es dificil hablar de esto para mi -susurro y juego con mis manos.- No lo hable con nadie desde que sucedio... en realidad, no tengo a nadie. Su funeral fui yo y sus vecinas -el tira suavemente de mi hasta que apoyo mi cabeza en su hombro, dejo que las silenciosas lágrimas bajen por mis mejillas nuevamente.- Era la unica persona que me quería y me protegía, desde que tengo uso de la razón fuimos ella y yo, mi padre nos abandono cuando yo tenia cuatro años creo. Ella realmente trabajo duro que para que yo tuviera una vida decente -aprieto su camiseta y el vuelve a acariciar mi espalda.- Ella se junto con otro tipo cuando yo tenía 15, no nos llevábamos muy bien y entonces para el colmo... cuando tenía 17 diagnosticaron cáncer a mi mamá. Tuve que hacer lo imposible para conseguir un trabajo y pagar su tratamiento, era extremadamente caro. Y ahora... la semana pasada... -ni siquiera puedo pronunciar la palabra, pensarlo es una cosa, ahora decirlo en voz alta era como tragar miles de pedacitos de vidrios. Cortaban mi garganta y mi alma.-

-- Shhh... -besa mi cabeza repetidas veces.- No es necesario decirlo.

-- Hace una semana ella me abandonó... ella me dejó sola.

-- No estas sola -levanta mi mentón y besa mi frente.- Me tienes a mi... a Jessica y de alguna manera, tienes a tu padrastro, por más que no se lleven bien lo tienes a él -quise reír, si él supiera lo que mi padrastro me había hecho.-

Savior [Jeffrey Dean Morgan]Where stories live. Discover now