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Octubre 22.

- Buenos días - le besó el cuello. Julie entreabrió los ojos de inmediato y se dio un buen susto hasta tomar conciencia de que era Max quién estaba tras suyo, apretándole la cintura, abrazándole el cuerpo, haciéndola estremecer de infinitas maneras y apenas empezaba la mañana.

- Hola

- ¿Has dormido bien?

- De maravilla. - ella le dedicó una bonita sonrisa, al mismo tiempo que giraba su cuerpo para quedar frente a frente con él. De pronto, ambos recordaron que estaban desnudos. Piel con piel, rozándose.

Max se mordió un labio, al sentir la tibia piel de Julie acariciar la suya. A Julie se le subieron los colores, aún no supera que él la mirara de esa forma.

- Oye - susurró él.

- ¿Qué pasa?

- ¿Aún quieres mudarte a mi ciudad?

- Te he dicho que si.

- Pero. . .

- ¿Pero qué? Max, hemos hablado de esto, dijiste que no te molestaría que nos mudemos haya un tiempo, para poder conocer a tu. . .

- Ya. – le besó los labios de nuevo. Julie le respondió el beso, haciéndolo más largo. Sus lenguas se tocaron, eso no hizo más que tensar a Max del todo. – será como tú quieras mi niña.

Julie buscó sus manos, y las entrelazo con las de Max, apretándolas. Él la miró a los ojos, ¿lo había dicho antes?, pues jamás había sentido eso por nadie, jamás siquiera había llegado a decirle a alguien 'te amo' o un simple 'me importas', Julie lo era todo, todo lo que tenía. Y si alguien llegaba a hacerle daño, le costaría la vida.

- Será divertido, ya verás - le acarició una mejilla. Max hizo una mueca

- Si, será divertido. – le dijo él. Sin saber que pronto terminaría por arrepentirse.

SECRETOSWhere stories live. Discover now