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Le besó los labios, las mejillas, la nariz y él se dejó besar como un bebé, como un niño que acababan de perdonar o al menos eso creía, ella no dijo palabra solo siguió besándolo hasta llegar a levantarle la camiseta. Una erección se formó entre los pantalones de Max y la agarró de la cintura acariciándola, abrazándola y cargándola ligeramente. Sentía una ligera calentura que se paseaba por su cuerpo al sentir las manos de Julie sobre su piel tocándolo como solía hacerlo la besó de nuevo y cargándola llegó hasta el filo de la cama cerrando la puerta de la habitación con sus pies.
La acostó, ella lo miró, observó su erección y no le sorprendía pensar que la había tenido entre los labios.

- Te amo- le repitió desnudándola con facilidad. Ella se dejó para que pudiera penetrarla como quería, disfrutando de cada segundo de aquel magnífico cuerpo - ¿estás bien? – preguntó Max teniéndola desnuda bajo su cuerpo también desnudo.

- Si - susurró ella por fin y no habló más porque se pondría a llorar. Max se introdujo en su boca de nuevo, esta vez con su húmeda lengua, ella se estremeció, sintió el miembro de Max rozar su entrada, lo paseó de arriba hacia abajo produciéndole ganas de más, haciéndola extasiarse al punto de agarrar sus nalgas y apretarlas para que pudiera penetrarla de una vez por todas.

- ¿Quieres hacer esto? – le preguntó de nuevo, es que la conocía tanto que podía percibir que algo le sucedía, que algo no andaba del todo correcto.

- Si. - Julie le apretó el rostro con las manos, le besó la boca tan desesperadamente que hasta el mismo Max se sorprendió. – hazlo. . . lo necesito.

Max sintió que parte de las cosas volvían a ser como antes.

- También lo necesito - admitió él fijando sus labios sobre el cuello de Julie. – Te necesito a ti junto a mí siempre, toda la vida - entrelazó una mano con la de ella. Julie le abrazó la espalda con la otra mano presionándolo, haciendo que sus senos se apretaran sobre su torso. – Perdóname por no ser la persona indicada para ti y. . . – susurró ahora. Julie solo reflejó sus ojos sobre los de él. – Por ser la persona que más amé en el mundo

Max le apretó las caderas con las manos, las bajó llegando a los muslos de sus piernas, las agarró y las abrió ligeramente. La observó y su pene se hundió entre su feminidad haciéndola gemir repentinamente. Julie contrajo las caderas, cerró los ojos con fuerza y aunque todo parecía normal algo no andaba bien.  

SECRETOSWhere stories live. Discover now