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Max se inclinó para besarla, un beso intenso, a la misma vez ella entreabrió un poco más su boca para poder sentir la lengua de Max juguetear con la de suya ya todo esto empezaba a mojarla. Se estremeció, era mejor aún saber que estaba atada de manos y que sería él quién tendría el control. Un gemido salió de sus labios entonces él decidió no perder más tiempo, bajó su ropa interior suavemente mirándole el rostro a pesar de que no podía ver sus ojos, se imaginaba qué mirada le hubiera dado ahora mismo. Se fijó en su pubis, le dieron ganas de morderlo y de juguetear con su clítoris un buen rato hasta dejarla exhausta. El pene empezó a movérsele de la inimaginable excitación que sentía ahora.

Entonces se separó un poco de su cuerpo. Julie puso una mueca en desacuerdo.

-Espérame belleza - le indicó él. Se estiró hasta la mesita de noche donde estaba la curiosa bolsa que había traído hace un rato, la abrió y sacó un frasquito mediano. – Te va a gustar. . .

-Todo lo que tú haces me gusta. – susurró ella. Necesitaba ver al menos un poco en que se estaba metiendo ¿Que era lo siguiente que él haría con su cuerpo? no lo sabía, no lo podía ni siquiera percibir aunque de pronto Max subió su blusa hasta tocar sus senos. Sintió un fino y helado líquido recorrerle el abdomen, olfateo un poco hasta sentir que esa sustancia deliciosa también le tocaba la garganta ahora y poco después, los labios.

Chocolate, Julie intentó relamerse los labios pero al intentarlo se topó con él.

- Déjame a mí mi amor - le pidió. Entonces bajó hasta el abdomen de ella, donde había empezado a esparcir suavemente el chocolate. Su lengua invadió por completo su cuerpo pasándola de una y miles maneras sin dejar rastro de ese exquisito dulce.

-Mnnnnh . . . - gimió ella. La tibia lengua de Max se posicionó sobre sus senos, se los besó primero, cada uno para luego llevarse a la boca a uno de ellos Sus dientes accedieron a morderlo. - ¡Ohhh! – un espasmo recorrió su cuerpo.

-Joder, sabes tan bien - murmuró él. No podía más con su maldita erección tenía unas ganas brutales por meterse en su cuerpo, hundirse en él con todas las fuerzas posibles. Julie siempre lograba hacerle perder el sentido. El pene empezó a latirle con fuerza, necesitaba aguantar un poco más

-Sigue. . . - le ordenó ella. Él notó que aún quedaba un poco de chocolate en su bonita boca así que aplastó su cuerpo chocando sus provocativos senos con su pecho haciendo la mejor conexión del mundo, las piernas de Julie le rodearon la espalda bridándole una humedad entre ambas, estaba mojada de lo excitada que se encontraba, de las inmensas ganas por tenerlo fallándola de nuevo. Max le besó la boca comiéndose el poco chocolate que quedaba en la comisura de sus labios. –Quiero más - le dijo ella entre murmullos más parecidos a gemidos así como un sonido ronco lleno de lujuria. Max intentó mirarla pero no pudo encontrar sus ojos, definitivamente le hacían tanta falta ahora mismo.

- No puedo más. . . - le confesó él. – Me tienes todo excitado

- ¿No hay más que deba probar? – preguntó ella inquieta tratando de jugar un poco más, una sonrisa le adornaba el rostro. Max bajó la mirada no podía con aquella humedad proveniente de la vagina de Julie que le rozaba el pene, era demasiado para un solo hombre, ninguno se hubiera tardado tanto en follarla como él cualquier otro se hubiera vuelto loco con tan solo verla desnuda.

¿Probar? mmmm. . . Entonces se le ocurrió una idea.


SECRETOSWhere stories live. Discover now