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Julie se estiró en la cama.

El sol le dio en la cara, era bajito pero si llegaba a fastidiarle un poco la vista, se dio vuelta palpando con las manos a Max pero en cambio no encontró nada. ¿Dónde podía estar a tan tempranas horas de la mañana? Pero claro, olvidaba que su auténtico novio era un madrugador así que decidió levantarse de ahí y ponerse a buscarlo.

Max le facilitó la búsqueda, entró a la habitación y escondió una pequeña bolsa tras su espalda y la dejó en la mesita de noche.

- ¿Tú, levantada a esta hora? – Max arqueó una ceja.

- Te busqué pero no estabas- Julie señaló la cama con la vista.

- Había salido un rato– se acercó a ella abrazándole la cintura

- ¿A dónde?

- A ver a Sara. . .

- ¿Ah?

- Es broma princesa JAJA. – le besó la mejilla., a Julie no pareció hacerle gracia aquella bromita, simplemente había empezado a repugnar ese nombre y a la persona. –Fui a hacer unas compras, no hay nada aquí.

- Mmmm ya. - Julie sobo sus manos sobre el torso de Max. – Es una pena. . .

- ¿Pena por qué?

- Te quería encontrar a mi lado mi amor- suavemente posicionó sus labios sobre el cuello de Max, él cerró los ojos disfrutando del dulce contacto entre su boca con su piel, ella sabía cómo hacerlo enloquecer.

- Aquí estoy- le susurró.

- ¿Qué es lo que te atrae de esa puta de Sara? – le preguntó entre besos.

- Coño ¿De nuevo con eso?

- Dímelo.

- No me atrae nada, no me gusta. – detuvo sus besos para poder centrarse en sus ojos.
Julie lo miró, tan inocente. – Me gustas tú. – posicionó sus manos bajo su cintura, tocándole el culo con ganas. – Tú me fascinas mi vida.

- Mientes- fue ella quien lo tumbó sobre la cama antes de subirse a su cuerpo, fue hasta la puerta para cerrarla con seguridad, sin temor de que Chas volviera a entrar. Esta vez nadie lo interrumpiría, gateó sobre la cama hasta llegar al cuerpo de Max, tendido y esperándola con el pene erecto, con ganas, unas ganas inmensas por meterse dentro de su cuerpo, penetrarla. Sus piernas se posicionaron a los lados sentándose sobre el vientre de Max. – Ella te gusta. . .

- Te lo juro que no amor - él le apretó el rostro para poder besarlo. – Sabes perfectamente que me muero por ti, solo por ti - Julie sonrió plácidamente y volvió a sentarse sobre él, mordió su labio inferior al sentir ese enorme bulto bajo su feminidad, la aplastó más y a Max se le agitó la respiración.

- Que bonito - bajó la mirada, ahora jugueteando con la erección, Max pensó que moriría, que explotaría en cualquier momento. - ¿te duele?

- Mucho, sácalo- le pidió.

- A veces me pregunto. . . - le desabrochó el pantalón, Max soltó un respiro. - ¿Qué piensas cuando hago esto? – bajó la cremallera de su pantalón, acarició su miembro por encima. Masajeándosela.

-Que eres simplemente la mujer perfecta de todo este maldito mundo. – le dijo observándola masajearle el pene. – Oh si . . . - cerró los ojos.

Julie volvió a sonreír, se inclinó un poco hacia abajo chocando sus senos contra el torso de Max para así sacarle por completo los pantalones.

- ¿Te gusta así? – le preguntó ella, sus manos tocaron sin descaro y por completo el pene de su novio

- Si, si. . .¡SI! – la vagina de Julie volvió a rozarle el pene y lo que él no podía soportar era que aún ambos se encontraban con ropa interior, pero no dejaría que termine, tenía un plan mejor. –Es mi turno. . . - la bajó de encima de su torso con delicadeza y Julie se quedó acostada sobre la cama.

SECRETOSWhere stories live. Discover now