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Llegó y tomó una ducha a la velocidad máxima. Salió, agarró su ropa y las pocas cosas que tenía, ni siquiera le dio tiempo de peinarse bien, ni de arreglarse como tanto lo hacía, pero es que nada de eso importaba solo quería irse. Agarró la pequeña maleta que había formado, la misma que había traído hace días. Abrió la puerta de la habitación decidida a irse y Max se le quedó observando.

- ¿A dónde vas? – le preguntó realmente intrigado. Julie apretó la maleta con las manos.

- No te interesa. – quiso apartarlo pero Max la detuvo de nuevo agarrándola del brazo, la maleta cayó y ella hizo una mueca de dolor. Las cosas iban tan mal. . .

- Respóndeme.

- ¡Suéltame! – le gritó ella y él lo hizo, la soltó. No quería que tuviera una imagen equivocada de él, Max no era así, no lo era con ella, podía serlo con el mundo entero pero menos con la única persona que le importaba. – Me voy a de aquí.

La garganta de Max volvió a anudarse de tal forma que apenas podía hablar y ni siquiera le daban ganas. . . solo quería gritar y retroceder el tiempo para cambiar su forma de hacer las cosas, para cambiar su pasado y sus secretos, para cambiar los hechos y las causas, para cambiarse él.

- Ahora déjame salir ¿vale? ¿O qué? - Julie hizo que la mirara a los ojos, que le doliera tanto aquella mirada como todas las que he había dedicado desde que sabía sus secretos. - ¿También vas a obligarme a que me quede?

- No vas a ir a ninguna parte a esta hora. – le ordenó. Recogió la maleta de Julie e intentó pasar a la habitación para dejarla ahí pero ella no se lo permitió.

- Quiero irme de aquí. – le volvió a decir. – quiero irme, ya no quiero verte ni un solo minuto más- dijo desesperada y apunto de ponerse a llorar. - ¿por qué no lo entiendes?

- Necesitas escucharme. . . - susurró Max, se volteó para que Julie no lo descubriera con los ojos húmedos.

- No quiero escuchar nada. – ella tragó saliva.

- ¡Tienes que escucharme por favor! – gritó Max y Julie pudo jurar que ese grito se había escuchado en toda la casa. Se estremeció y cerró los ojos tapándose la cara, Max trató de respirar tranquilo, de mantenerse igual pero no pudo. – Necesito que me escuches. . . - le susurró. Ella no lo miró, retrocedió más tratando de alejarse de él pero Max lo único que hizo fue acorralarla hasta la pared ahí donde no tendría escapatoria más que acurrucarse en sus brazos.–Por favor. . . necesito que me des una oportunidad.

SECRETOSWhere stories live. Discover now