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Ahora tocaba el turno de Julie, era ella ahora quién debía ser complacida ¿Y qué otra mejor manera que hundiéndose en su cuerpo? La cogió de la cintura y sin previo aviso abrió sus piernas y se metió entre ellas dos. Julie sintió que algo venía pronto y él así se lo demostró.

- ¡Oh Dios, si! - gritó ella. Necesitaba cogerse de algo ahora mismo, necesitaba desquitar sus fuerzas en algo pero no podía seguía atada de manos y eso le gustaba más, sintió las manos de Max cogerle los muslos a la misma vez apoderándose un poco más de su cuerpo, se los apretó y entró en ella una vez más.

-Oh joder. . . harás que me corra primero - le dijo él. Y era verdad, le faltaba un leve empujón para eyacular en la vagina de Julie. Para llegar al clímax trató de hacer lo posible por que ambos llegaran juntos, nunca antes había sentido algo así, nunca antes había hecho todo por llegar al orgasmo con alguien al mismo tiempo.

Julie se dejó hacer todo, sus muslos terminarían morados por la enorme fuerza que Max utilizaba con ellos. Era un fenómeno y así le encantaba, metía y sacaba su miembro con todas las fuerzas mientras Julie se retorcía, gritaba y a la misma vez le entregaba más.

- Vamos, córrete. . . yo ya estoy a punto. . . joder. . . lo necesito. . . - Ahora ninguno de los dos podía controlar la velocidad en la que iban juntos, la velocidad de sus caderas, él entraba y ella gemía con tanta fuerza y ni siquiera le permitía descansar pues cuando ella menos lo percibía él había vuelto a entrar y con muchas más intensidad hasta que él no pudo más, su cuerpo jamás había resistido tanto, su pene se desvaneció y dejó salir todo eso que había estado guardando por varios minutos, eyaculó y para su sorpresa Julie también dejó salir su líquido de su feminidad.

SECRETOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora