Capitulo 21

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Estaban solos en la habitación, una sensación de nervios se sentía en el aire.

Había demasiado silencio en esa habitación, hasta que uno decidió acabar con él.

-Se perfectamente que la visita de la Tia Erloy y de los Leagan no te gusta para nada.
-Creo que podre soportar a la Tia Erloy cuando me rete, pero a Neill y a Eliza eso sera muy difícil para mi.
-Siento que George le haya dicho a la Tia Erloy, pero sabes que Goerge es mi mano derecha y tiene que comunicarle todo, con respecto a mi salud.
-Lose, George es un buen hombre y así como a ti no te oculta nada, creo que tampoco a la Tía Erloy.
-Sobre todo con la salud del patriarca de los Andrew, te imaginas como se pondría, si George no le hubiera comunicado nada a mi Tia, al saberlo mi Tia, sería capaz de despedir a George, a un así sin mi consentimiento.
-Si Albert, tendré que soportar a los Leagan, lo bueno es que Archie, Annie y tu estarán aquí para no sentirme sola.
-Mientras estés conmigo nada malo te pasara, siempre estaré contigo.
-Albert, no se que haría sin ti. Dijo un poco sonrojada. -Espero y me acostumbre ver a la Tia y a los Leagan por aquí.
-Sera mas sencillo de lo que piensas, además serás mi enfermera particular, no creo que haya motivos de ver a los Leagan.
-Aunque la Tia Erloy no confía mucho en mí, es muy raro que me deje a cargo de ti, así que hay posibilidad que no me deje cuidarte.
-Ya veras que si, yo personalmente le diré que no quiero otra enfermera que no esas tu.
-Albert, gracias muchas gracias. Dijo Candy corriendo a el y dándole un fuerte abrazo. - No me gustaría perderte.
-Ni yo a ti. Le susurro Albert al oído.

Dos corazones latían en ese dulce abrazo,sus respiraciones eran cada vez mas rápidas, lentamente se fueron apartando uno del otro, sus rostros quedaron frente a frente y en sus ojos se reflejaban uno al otro, mientras las suaves y grandes manos de Albert tocaron el rostro de Candy hasta acercarla a él de nuevo, los labios de Albert se acercaron lentamente a la frente de la joven, un pequeño pero tierno beso.
La chica se ruborizó cuando se alejaban y dio un suspiro profundo.
No habría otro lugar donde pudiera estar, si no estaba Albert ahí para acompañarla, era parte de ella y le tenia un afecto muy grande, esperaba que ese momento nunca acabara, pero nada es para siempre, un sonido en la puerta y la entrada de Archie arruino ese bello momento, sin poder decir nada más.

-Disculpen por interrumpir y entrar de esa manera, pero ya nos vamos con Annie a hacer y traer nuestras maletas, regresáremos mas tarde.
-Esta bien Archie, vayan con cuidado. Dijo Albert.
-Bueno, nos vemos en la noche. Dijo Archie y se marcho del lugar.

Dejando nuevamente a los rubios solos.

-Yo tambien me iré Albert, tengo unos pequeños asuntos que hacer.
-Ve Candy, te veo en la cena.

Candy se retiro de la habitación dirigiéndose a la suya rápidamente.

Por un momento pensé que Albert me diría que esta enamorado de mi, pero es imposible, el patriarca de los Andrew enamorado de una huérfana, no debo confundir las cosas, nadie se enamoraría de una malcriada. Pero porque pienso en estas cosas, debería de pensar en otras cosas.A mi no me gusta Albert, o eso creo.

La chica caminaba con la mirada pensativa, sin ver a las personas a su alrededor. Solamente podía pensar en ese lindo beso, Terry hace un tiempo la beso, un beso que recordaba muy bien cada detalle y cada instante de el, pero tenia la sensación que con ambos besos sentía ese sentimiento dulce y cariñoso de parte de los dos, aunque cada beso había sido diferente.
Candy llegó a su habitación y se recostó un rato en su cama, quedando completamente dormida.

Mientras que Albert estaba sólo en su habitación tenia los mismos pensamientos que Candy. No podía dejar de pensar en ese beso, así mismo se decía:

Albert, Albert, dios mio Albert, en que estas pensando, es tu hija adoptiva no puedes pensar en ella de otra forma que familiar, no puedes estar enamorado de ella, es una chica dulce, cariñosa, hermosa, noble, carismática, humilde, divertida, buena con todos, simplemente creo que es perfecta. Lo peor que me puede pasar es estar enamorado de ella, pero es demasiado tarde para mi terrible problema, estoy loco pérdida mente enamorado de ella. Lo mejor seria descansar y pensar bien mis sentimientos hacia Candy.

Albert como pudo se metió a su cama, y se recostó quedando completamente dormido.
La noche era cada vez mas oscura, la luna estaba cubierta por una nube gris, y la luz de las estrellas mantenían en un esplendor muy bajo, como las flamas de las velas apunto de apagarse, solo se escuchaban las lechuzas que se mantenían en los árboles toda la noche. Cada minuto contaba para el día de mañana, saldría el sol de nuevo y la llegada de las visitas se acercaba cada vez mas.

Chicago.

Era muy tarde para estar despiertos, pero tenia que estar todo listo para el viaje de mañana.

La tía Erloy descansaba en su cama, ella era de equipaje pequeño y no tenia necesidad de planear algún tipo de plan. Mientras que dos jóvenes si.

-Fue estúpido pensar que Susana Marlow nos ayudaría a destruir a esa huérfana. Dijo Eliza preparando una maleta.
-No necesitamos  de una coja para deshacernos de ella hermanita.
-Claro que no hermanito, nos encargáremos que esa harapienta. Dijo Eliza con una sonrisa maliciosa.

Ya estaba todo listo para viajar, solo faltaba esperar unas cuantas horas mas para partir de Chicago a Lakewood.

Ya no faltaba mucho.

~El Fin~ Candy Candy/COMPLETAWhere stories live. Discover now