Capitulo 22

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Era muy temprano, el primer tren de Lakewood llegaría pronto a la estación, la tía abuela  y los Leagan esperaban en la estación.

El tren llego, los pasajeros empezaron a subir, por ser el primer tren los pasajeros eran muy pocos, el tren llegaría a Lakewood a la anochecer.
Ya era hora de emprender el viaje, el tren empezó a moverse.

Tomaron sus respectivos asientos y permanecieron ahí.

Mientras que en Lakewood, todo tenia que estar bien presentable por la llegada de la tía Abuela, si algo salia mal, Albert se miraría mal frente a la tía Abuela.

Eran las 8 de la mañana, ya era hora de iniciar el día, Candy fue a la habitación de Albert para colocarlo en su silla.

-Buenos días Albert. Dijo
-Buenos días Candy.
-Hoy llegan tus visitas Albert, y creo que debes de tomar responsabilidad por todo lo de la mansión.
-Si lo se, así que lo primero sería que me ayudarás a salir de la cama.
-Si.
-Bueno, acercate porfavor.

La rubia fue a su cama y Albert se apoyo con el hombro de Candy, dando un pequeño brinco a la silla que la tenia muy cerca.

-Ahora tengo que vestirme.
-Tengo que hacerlo yo. Dijo Candy sonrojándose.
-No Candy, solo pasame mi ropa y si necesito ayuda te llamo.
-Esta bien. Dijo Candy saliendo de la habitación.

Después de varios minutos, una voz salio de la habitación, invitándola a pasar, la joven entro a la habitación. Albert ya estaba cambiado, y listo para salir a ver como iba la servidumbre.

Candy tomo las agarraderas de la silla y llevo a Albert a abajo, era un poco complicado bajar las escaleras con esa silla.

-¿Segura que puedes Candy? Si quieres, podemos pedir ayuda.
-No, yo puedo.
-Eres terca Candy.
-Pues esta terca es tu enfermera y estoy a cargo de ti.
-Espero no quebrarme la otra pierna.

Por fin pudieron bajar las escaleras, y tomaron rumbo al comedor principal.
Habían muchos sirvientes acomodando sillas, manteles, y cristalería. Todo estaba en orden.

-Candy, creo que todo anda bien, para cuando la tía Abuela llegue todo va a estar listo.
-Si.
-Necesito ir a ver a Archie y Annie para saber si ya están instalados.
-Claro.

Candy tomo de nuevo la silla de ruedas y fue a los dormitorios de Archie y Annie. Con suerte ellos ya venían en camino, se encontraron en pleno pasillo.

-Bueno días. Dijieron Annie y Archie al mismo tiempo.
-Buenos días chicos. Contesto Albert. -Ya están instalados?.
-Ya. Dijo Annie.
-Todo saldrá bien Albert. Dijo Candy.
-Candy tiene razón Albert. Dijo Archie.
-Esta bien, vamos a desayunar. Dijo Albert.

Los cuatro chicos fueron al comedor donde ya estaban sirviendo el desayuno, cada uno tomo asiento y empezaron a desayunar.

Escocia.

El sol salia dando su luz de calor, la nieve ya se había derretido, todo era verde, los arboles, los pastizales y las flores empezaban a salir ya, las casas ya habían retomando su color, el clima era fresco y los lagos ya tenían un brillo en el agua.

-Buenos días Madre. Dijo una voz varonil.
-Buenos días Terry. Contesto una voz dulce.
-Vamos a desayunar, el desayuno ya esta listo.
-Vamos.
-Te llevó.

Su madre lo miraba con ojos brillosos,  un brillo de amor y Terry también la miraba así.
Terry extendió su brazo a su madre para llevarla al comedor, ambos se sentaron y Eleanor se atrevió a preguntar, algo que quería hacer hace un tiempo.

-Hijo, ¿Que opinas de regresar a America?.

Terry comía su sopa, al escuchar la pregunta, rápido levanto la mirada.

-Madre. Fue lo único que pudo decir.
-Se que dijiste que tenias que pensar respecto a Candy, pero yo me siento mas cómoda estando aya.
-Creó que dejado pasar mucho tiempo desde que vine.
-También trató de ayudarte, regresar a América es un paso mas para ver a Candy, se que la amas todavía, se te nota en tu mirada.
-Si la amo , pero la ultima vez que la vi me evito.

Terry recordó el beso robado y las palabras que Candy le grito.
Tu estas casado.

-Tuvo que haber pasado algo, para que ella actuara de esa manera. Eleanor se dio cuenta que su hijo no le  ponia atencion. -Terry, Terry, HIJO.
-¿Que paso?
-Te quedaste pensativo, ¿Que pensabas?
-Creo saber la razón por la cual ella me evito ese día y son dos.
-¿Cuales?
-Una, ella se entero que me había casado con Susana, dos, el día que la vi, la bese.
-¡La besaste!
-Si.
-¿Porque no mejor regresamos?
-Lo pensare, no tengo hambre iré a descansar un rato.

Terry se levanto de la mesa y camino a su habitación. Se encerró en su habitación y fue al balcón, tomo su armónica, tocaba su melodía favorita, recordando a su pecosa, y la vez en que le dio esa armónica a cambio de dejar los cigarrillos.

Mi pequeña pecosa, ¿Que habrás hecho todo este tiempo? Se que me prometí que regresaría pero me hace difícil pensar que pueda ser que me rechaces, y no se que aria si lo haces, no eh podido olvidarte, siempre estas en mi presencia.

Desde el balcón se puede disfrutar un bello paisaje, los arboles llenos de hojas y sus arbustos, el viento soplaba su brisa fresca refrescando la cara de  Terry, no podía haber mejor clima que ese, en el cielo se escuchaba el cantar de los pájaros acompañado de la melodía de la armónica.

Y si decido regresar, voy a seguir con mis dos sueños, la actuación y Candy.
Mis dos grandes sueños.

Terry sale de la habitación y se dirige a la de su madre. Toca la puerta y del otro lado tiene respuesta.

-¿Que sucede querido?. Le pregunta su mamá quien peina su sedoso cabello.
-Quiero regresar a América.

~El Fin~ Candy Candy/COMPLETAWhere stories live. Discover now