Plan B

3.- Especial de Min YoonGi

-Buenos días YoonGi –Sonríe al verlo entrar al salón. Últimamente tenía la costumbre de llegar temprano para platicar con el moreno. Su compañía le agradaba demasiado-. Hola Jiminnie –El de cabello naranja lo mira con sorpresa-. ¿C-cómo me llamaste? –Muerde su labio inferior con nerviosismo. Sólo le había dicho así, sin pensarlo demasiado-. Olvídalo –Se encoge de hombros para tratar de restarle importancia. Sintiendo demasiada vergüenza en realidad. Se trata de alejar para ir a su lugar pero Jimin lo detiene antes-. No... Me gusta ese sobrenombre-. Le sonríe de tal forma que sus ojos rasgados desaparecen entre sus parpados.

Eres tan bello...

A partir de ahí su relación se hizo más estrecha e incluso él se había ganado un apodo de parte del chico-. ¡Bien! ¡Ya tengo un nombre nuevo para ti! –Lo voltea a ver alzando las cejas expectante al tiempo que la sonrisa del moreno se ensancha-. Suga... -Levanta un dedo frente a él-. Porque eres muy blanco como el azúcar, Sugar en inglés. ¿Ves? Suga-. Y así se sorprendió sonriéndole a pesar de haber escuchado algo tan tonto. Sólo con Jimin era así, él era especial-. Perfecto Jiminnie –Le regala una galleta como premio.

Suga

(...)

Y ahí estaba de nuevo, sus ojos se habían iluminado después de ver su celular.

¿Quién te hace sonreír así Jimin?

Los celos aparecen por primera vez, dejándolo de mal humor por el resto del día. ¿Con quién mierda se mensajeaba tanto? Algunas veces se desconectaba por completo sólo para responder sus mensajes.

-¿Tienes novia? –Le pregunta sin razón alguna un día que, después de jugar básquetbol, se dirigían a la parada del autobús. Bien, al menos así no se haría falsas ilusiones con él.

-No...- Contesta mientras aprieta el balón contra su pecho y casi siente como su corazón sufre un micro infarto por la ternura que emana de él-. No me gustan las mujeres y...-. Su mirada se entristece por un momento-. No tengo a nadie –Le sonríe tratando de evitar las lágrimas que se forman en sus ojos y el de cabello turquesa, al notarlo, lo abraza sin importarle que estuviesen en la calle a la vista de todos ni que la pelota se deslizara de las manos del chico.

-No te preocupes, yo estoy contigo –Le susurra al oído mientras el chico acepta el abrazo, agradecido por esa demostración de afecto.

-Gracias... Suga –Y fue entonces que se encontró deseando el hacerlo sonreír una vez más. Fue en ese momento que se percató de sus sentimientos hacia él.

(...)

Despierta a la primera alarma de su celular luego de un sueño bastante peculiar con el moreno. No era un chico que soliera recurrir a la masturbación pero esa mañana lo hizo mientras se duchaba y es que últimamente se encontraba deseando probar los labios del único chico que le había atraído desde que se había cambiado a ese instituto. No sólo su personalidad le era atrayente, también su cuerpo le parecía sumamente atractivo-. Shh... J-Jimin ¡ah! –Jadea al tiempo que se corre en su mano, sintiendo su espalda ser masajeada por el agua tibia que cae sobre ella. Baja la mirada y observa el líquido blancuzco deslizarse entre sus dedos y desaparecer gracias al agua de la ducha.

Tengo que decírselo

Y eso era lo que planeaba hacer pero...

-YoonGi, disculpa pero debo irme –Se excusa al tiempo que termina de entrar al autobús y se cierra la puerta, dejándolo con cara de imbécil por la sorpresa de que lo llamara por su nombre.

-Mierda...- Una vez más el jodido celular del chico lo habían alejado de él-. Bien, mañana tendré otra oportunidad –Le susurra a la foto de Jimin.

Si días atrás le hubiesen preguntado que rayos hacía con esa fotografía seguramente se hubiera quedado en blanco y se habría sentido nervioso pero ahora, si le hicieran esa pregunta, sin grandes problemas contestaría con seguridad un ¿Por qué no puedo tener una foto del chico que me gusta?

Así era Min YoonGi, directo y decidido. Es por eso que no le tomó por sorpresa a Jimin cuando ese día, antes de comenzar las clases y de que alguien más que ellos llegara al salón, Suga se acercó a él y le dijo:

Me gustas