15.- Luces

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¿Qué había sido eso?

-¿Subimos a la rueda de la fortuna?  -Asiente con la cabeza y se encamina junto al chico hacia el juego.

Estaba atardeciendo, habían recorrido más juegos y comido bastante comida chatarra. Jimin tenía un buen semblante pero YoonGi no olvidaría la expresión de tristeza con la que lo había encontrado en el castillo del terror.

¿Estaré exagerando?

Quería preguntarle pero al final decidió omitirlo para no arruinarle el resto del día al chico que le gusta.

Ya habrá otra ocasión...

Subieron a la caseta del juego, uno frente al otro y observaron la vista del parque desde las alturas.

Podían verse las luces del parque siendo encendidas por secciones, conforme los rayos del sol se ocultaban en el horizonte. Era inefable la sensación que provocaban las tonalidades que impregnaban el cielo.

La paz se respiraba y casi penetraba a los que tenían la fortuna de presenciar esa puesta de sol.

Jimin volteó a ver de reojo a su acompañante. Suga lucía tan apacible mientras observaba la puesta de sol; su piel se teñía de un tono rojizo que le daba un aspecto de calidez, incluso sus mejillas lucían una sonrojes que lo hacían ver mucho más atractivo.

Una sonrisa se forma en el rostro del pelirrojo que no puede apartar la vista del joven sentado frente a él.

En ese momento, tal vez por inercia o por la extraña sensación de sentirse observado, YoonGi dirigió su mirada al moreno, justo en el instante en que este apartaba su vista de él.

No se dió cuenta de que era observado, sin embargo la sensación de que Jimin lo estaba contemplando quedó en el peli turquesa.

(...)

-Gracias por este día Suga -Le sonríe al tiempo que sube al autobús rumbo a su casa.

-A ti...-

Se despide del chico que pronto desaparece cuando el autobús da la vuelta en la esquina.

YoonGi se encontraba tan feliz que incluso regresó caminando a su casa, no le importó tardar más de media hora en llegar. Su pensamiento sólo tenía espacio para Jimin.

(...)

-¿Madre? ¿Padre? -Los llama al ingresar a su hogar pero no recibe respuesta, nuevamente está solo.

Sube las escaleras hacia su habitación y una vez dentro se recuesta en la cama y contempla el techo mientras suspira.

De nuevo lo habían dejado para ir a sus viajes de negocios...

Cierra los ojos ignorando la punzada de su garganta y la misma pregunta de siempre le llega a la cabeza.

Si desapareciera, ¿alguien me extrañaría?

Esta vez a su mente acude la sonrisa y la mirada de alguien conocido, llenándolo de una sensación de calidez.

¿Quién eres?

Pero antes de visualizar por completo a esa persona su mente agotada entra en estado de sueño.

(...)

Lo había visto llegar y se había sorprendido de que ni siquiera lo hubiese ido a ver. Jungkook estaba molesto, sabía que Jimin había salido con su compañero de escuela. Los había visto cuando por alguna razón se levantó más tarde de lo usual para hacer sus ejercicios matutinos.

Ese estúpido que una vez se había atrevido a empujarlo, estaba tratando de robarle el amor de Jimin. Y no es como que le doliera, después de todo sólo era su entretenimiento... ¿O no?

Recibe un mensaje de su novio y su mente se distrae por un momento: ¿Quieres salir conmigo mañana amor?

Tonta era la pregunta, por su puesto que saldría con Tae, sin embargo antes de enviar la respuesta sus ojos se desviaron a la ventana en dirección de la casa del pelirrojo.

Park se va olvidar de ti y sólo te demostrará que eres un asco de persona que no merece a nadie...

Sacude la cabeza para ahuyentar ese pensamiento y manda la respuesta a su novio.

No, le daba igual si su amante salía o no con el idiota que parecía albino, sabía que Jimin jamás lo olvidaría.

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