30.- Decisiones

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Jimin camina lento, no quiere llegar a su casa  y es que sabe perfectamente que estará solo. Después de lo ocurrido con Suga y Jungkook, había salido de la fiesta conteniendo las lágrimas lo más que podía y esquivando a las personas. La música ya no le resultaba acogedora,  las risas le parecían falsas.

Un mundo superficial...

Él no pertenecía a ese mundo, siempre había sido un chico solitario al que sus padres dejaban solo, de forma constante desde que tenía nueve años, después de todo era lo suficientemente grande como para cuidar de sí mismo. Toda su vida estuvo acostumbrado al abandono y a los malos tratos...

¡Eres un mal niño! ¡Te dije que nos dejarás solos!

Y al crecer eso no había cambiado mucho.

"Saldremos de viaje, come sano y no causes problemas..."

Sus padres no habían cambiado.

¿Y Jungkook? ¿Cambió? No.

Él siempre ha sido así, siempre te usó y tú lo permitías por amor...

Había intentado olvidarlo, dejándose envolver por el primer indicio de amor real que alguien le demostraba pero...

Parece que te besaste con él...

Lo había defraudado esa noche. Suga había presenciado -por poco- la escena de engaño de Jimin.

Sí, rechazó a Jungkook pero de nada sirvió ya que el daño estaba hecho.

Lo perdiste por no querer dejar tu maldita obsesión con Kook

Sonríe con ironía, aún tenía el toque de regañarse a sí mismo con sus monólogos mentales.

Tendrás que aprender a estar solo...

Levanta la mirada al darse cuenta de que ya había llegado a su casa.

Solo

Entra al lugar y cuando cierra la puerta, sólo entonces, se permite llorar en la oscuridad.

(...)

Entra al salón de clases con cara de pocos amigos. Su mirada se posa en la del chico rubio que se levanta de su lugar pero rápidamente voltea a ver a otro lado y se dirige en silencio a su lugar.

El humor no era uno de los mejores amigos de YoonGi esa mañana, mucho menos después de lo ocurrido hacía días con Jimin, el rubio que no le quitaba la mirada de encima.

Había intentado quedarse en casa pero al final su orgullo lo hizo levantarse de la cama, no volvería a sentirse mal por nadie más y menos por Jimin...

(...)

Los días pasaban y aunque la separación había dolido terriblemente los dos chicos se percataban de que podían sobrevivir.

El año escolar estaba llegando a su fin, pronto se graduarían y tendrían que ir a la universidad. YoonGi iría a Seúl y Jimin se había decidido finalmente por una academia de danza.

-Suga... -Le habla al chico de cabello negro que se encontraba recostado en el césped con los ojos cerrados. Este abre los ojos en cuanto lo escucha y lo observa con seriedad.

Dios, esos ojos, no me odies...

-Me gustaría hablar contigo respecto a lo que...-

-No tienes porqué decirme nada -Le dice con seriedad.

-No, te debo una explicación-

Suspira con pesadez y se levanta para encararlo de frente-. Jimin, basta, tú no me buscaste... no intentaste hablar conmigo antes y ahora ya es tarde. ¿Entiendes?-

El chico de mejillas redondas se queda en silencio después de oírlo.

Así no pasaron las cosas...

-Bien, si lo entiendes entonces déjame solo -Se da la vuelta y camina para alejarse. Tenía que poner distancia entre ellos o estaba seguro de que lo perdonaría de inmediato y no quería hacer el idiota de nuevo.

Jimin observa a Suga alejarse y baja la mirada sintiendo el nudo de su garganta crecer. Quería decirle lo mucho que lo lamentaba pero no tenía el valor suficiente.

No había pasado una buena temporada después de decidir irse de su casa para vivir solo pero no quería decírselo como pretexto a Suga.

No quiero que sienta lástima por mi

(...)

Entra a su casa y se dirige a su habitación -que ahora está llena de cajas- para recostarse en la cama. Suspira y cierra los ojos.

Una semana, dentro de una semana me mudaré y podré comenzar de nuevo pero...

A su mente acude la sonrisa de Suga.

Olvídalo, dame una oportunidad...

Suga le había pedido una oportunidad para hacerlo olvidar a Jungkook; lo había abrazado y acogido de tal forma que le había hecho sentir felicidad. Sí, aunque había fallado como su novio, ahora sabía que lo que sentía por Suga era amor. Le había tomado bastante tiempo el darse cuenta pero esa noche, después de rechazar a Jungkook, se había percatado de que a quien realmente amaba era al chico de piel pálida que le había mostrado el significado del amor.

No quería, no podía dejar las cosas así, tenía que hablar con él una vez más para arreglar todo, para intentar que lo perdonara, por lo menos antes de que se mudara de ciudad y sabía perfectamente cuando hacerlo. La fiesta de graduación sería en dos días y sabía que asistiría. Esa era su oportunidad para verlo...

Y recuperarlo

Plan BWhere stories live. Discover now